Según los registros obtenidos a fines del 2014, se recuperó más de 76 toneladas de residuos en el marco del programa “Basura Cero”, que incluye también la transformación de la fracción orgánica en biogás y la separación en origen.

El programa nació a partir de las inquietudes de los vecinos por la disposición de los residuos que producía la población en un basural a cielo abierto. La iniciativa fue tomada y trabajada por el municipio para generar una política ambiental.

El programa tiene dos aspectos fundamentales; la separación en origen en biodegradables, recuperables y sanitarios; y la recolección diferenciada. La fracción biodegradable, se procesa en un biodigestor ubicado en el predio de la Escuela Rural “Juan B. Alberdi”, donde se produce biogás para la calefacción de los galpones de pollos. Los residuos recuperables, en cambio, son trasladados a la Planta de Recuperación, donde se clasifican por tipo de material, se compactan en fardos y se almacenan para su posterior venta. Para los residuos sanitarios se comenzará a construir un relleno controlado donde también se depositará la fracción de rechazo.

La planta fue puesta en funcionamiento en abril de 2013, en el lapso de un año se recuperaron, 24.660 de vidrio; 18.930 de cartón; 9.750 de chatarra; 9.665 de plásticos; 8.720 de papel; 3.140 de metales y 910 de tetrabrick. Cuando se alcanza la capacidad máxima de almacenamiento, se comercializan los residuos.

Residuos electrónicos

También se realizó una campaña de recolección de residuos electrónicos junto al Proyecto de Extensión Manejo Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (MIRSU) de la Facultad de Ingeniería de la UNER. Algunos de estos residuos, como las CPUs, impresoras, teclados, mouse, etc.; son utilizados por un grupo de estudiantes avanzados de bioingeniería, con el objetivo es disminuir el impacto ambiental, mediante procesos eficientes, ecológicos y autosustentables.