“Muerte Súbita”: ¿Qué espacios de acceso público deben tener desfibrilador?

El Decreto Nacional 402/2022, por medio del cual se aprobó la reglamentación de la Ley 27.159 de prevención integral de la muerte súbita, exige la obligatoriedad de que los espacios de acceso público con concentración o circulación superior a 1.000 personas por día, deben contar con al menos un “Desfibrilador Automático Externo”, dispositivo eléctrico portátil capaz de identificar y tratar las arritmias ventriculares automáticamente, mediante una descarga eléctrica con la finalidad de restablecer el ritmo cardíaco normal. Su principal ventaja es que son seguros y efectivos en manos de personal no entrenado.

Según estadísticas publicadas por la “Federación Cardiológica Argentina”, en el país ocurren unas 30.000 muertes súbitas por año, es decir, 80 por día o 1 cada 20 minutos. Además, según los registros oficiales, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de fallecimiento en Argentina.

La directora médica de la empresa Vittal, Dra. Paola Caro, señaló que “la desfibrilación inmediata, es decir, en los primeros 3 a 5 minutos tras el incidente, puede producir tasas de supervivencia de hasta el 70%. Cuando una persona sufre un paro cardiorrespiratorio, por cada minuto de retraso se pierde un 10% de posibilidad de reanimación. Por lo tanto, los primeros 6 minutos son cruciales para lograr revertir la condición e incluso para quedar sin secuelas o consecuencias. Por eso es fundamental obtener conocimientos de la técnica de Reanimación Cardio Pulmonar y saber utilizar un DEA, ya que ambas maniobras pueden salvar una vida y dar asistencia hasta el arribo de los profesionales. La mayoría de estas eventualidades ocurren en lugares públicos, el trabajo o en el hogar. Con conocimientos en RCP y DEA, cualquier persona puede atender una emergencia en los primeros minutos y eso, muchas veces, puede salvar vidas”.

La ventaja del RCP es que permite mantener la oxigenación de los principales órganos mediante compresiones torácicas, en situaciones donde la persona no tenga pulso, no respira o haya tenido un evento súbito de pérdida de conciencia y haya cesado la respiración y la circulación.

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