Mueren 2 mujeres en Paraná, golpeadas y quemadas

Un hecho tan macabro como dramático se produjo el lunes por la mañana en una humilde vivienda del barrio Humito de la ciudad de Paraná.

Vanina Hemerlin, de 33 años y su hija adolescente, Adriana Cetáu, de 17, murieron quemadas, tras haber sido golpeadas.

Los cuerpos fueron hallados sobre un colchón que se estaba quemando. Y sobre los cadáveres, había otro colchón de goma espuma, con el cual, al parecer, el asesino intentó generar el fuego suficiente como para que ardiera por completo la finca de dos ambientes.

El humo causó alarma en algunos vecinos que corrieron a socorrer a las mujeres, pensando que podría tratarse de un hecho accidental y allí, el primero que llegó, se encontró con que la puerta de la casita estaba atada por fuera. Al entrar, el ambiente se tornó irrespirable, pero los que auxiliaron en los primeros minutos lograron sacar una garrafa que estaba con la válvula abierta. Después se lograría saber, con la llegada de los investigadores, que el envase de gas estaba conectado a un anafe, cuyas hornallas también habían quedado abiertas.

Ante la clara muestra de elementos de prueba que inmediatamente demostraron que se estaba ante la escena de un doble homicidio, el juez de Instrucción Alejandro Grippo se hizo presente en el lugar junto al médico forense Luis Moyano y a especialistas del gabinete de Criminalística de la Policía de Entre Ríos.

Al mismo tiempo, mientras los Bomberos Zapadores trataban de preservar en cuanto se pudo la escena del crimen, luego de asegurar el lugar, los investigadores de la División Homicidios comenzaban a desplegarse, entre la búsqueda de testimonios y el relevamiento de los detalles alrededor de los cuerpos calcinados.

Madre e hija estaban sobre un viejo colchón de goma espuma, visiblemente quemadas y solo algunas partes del cuerpo que podían analizarse a simple vista, evidenciaban fuertes golpes. Uno de los colchones estaba también empapado en sangre, lo que llevó a suponer que primero fueron golpeadas y finalmente, tras ser dejadas en inferioridad de condiciones, el asesino incendió el lugar e intentó hacerlo estallar, dejando abierto el gas.

A última hora de ayer se pudo constatar también que la jovencita estaba embarazada.

Los rostros de las dos mujeres estaban prácticamente irreconocibles. “Las reconocí solo por los dientes. Pobrecitas, como han quedado”, dijo a El Diario uno testigo conmocionado por la escena que acababa de presenciar.

En un momento determinado, cuando las decenas de curiosos del barrio aún se encontraban alrededor de la casa quemada que comenzaron a hacer comentarios y señas hacia el camino de acceso a la vivienda. Es que observaban cómo iba acercándose al lugar un hombre de apellido Ávalos (esposo de Hemerling). El sujeto fue se aproximando a pié y con gestos de sorpresa por lo que aparentaba desconocer lo sucedido. Inmediatamente, ante la escena que se comenzaba a formar alrededor de la casa quemada y temiendo un caso de justicia por mano propia, un grupo de policías lo detuvo, llevándolo hasta un patrullero que partió raudamente. En tanto, otros policías contenían a un hombre,  que blandía un grueso palo mientras gritaba: “déjenmelo a mí, un ratito déjenmelo”, en un fallido intento por perseguirlo y darle alcance al móvil que partía.

Buscando en los antecedentes del matrimonio Ávalos-Hemerlin, también se conoció que existían serias denuncias por violencia familiar.

Aunque parezca increíble, Vanina Hemerlin, que conoció a Ávalos en la Unidad Penal 1 de Paraná, cuando purgaba una condena por violación, por un hecho ocurrido en La Paz, decidió casarse formalmente con él hace un par de años, mientras aún estaba preso.

Ávalos, de 28 años, permanecía anoche detenido en la Alcaidía de Tribunales, mientras los investigadores siguen reuniendo pruebas ante la sospecha de que se está ante el presunto autor del hecho.

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