Montero: “Hay grupos minoritarios, que escandalizan determinados aspectos de la producción”

MonteroEn la sesión del pasado miércoles, la Cámara de Senadores de Entre Ríos, dio media sanción a la denominada “Ley de Agroquímicos”, que prevé una serie de medidas prohibitivas, en relación a las distancias mínimas de fumigación y el uso de productos químicos. Los legisladores consideran que el fin de esta normativa, que ahora deberá ser tratada por los nuevos diputados, “es resguardar y proteger la salud humana, la biodiversidad y los recursos naturales, teniendo en cuenta los enfoques precautorio y preventivo vigentes, como principios legales en las normas nacionales sobre el tema”.

La iniciativa pertenece al senador César Melchiori (Frente para la Victoria), quien remarcó que para la redacción de la misma, se han tenido en cuenta legislaciones europeas y destacó que “se promueve el control riguroso de los aplicadores, que tienen una responsabilidad muy grande en el sistema y se hace central la responsabilidad en relación a la receta que se extiende para la pulverización”. También se tuvo en cuenta, la disposición final de los contenedores que trasladan los agroquímicos.

La medida, como era de esperar, generó un amplio rechazo en las entidades agropecuarias. El vicepresidente de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, Oscar Montero, consideró que “si no hay producción, no hay servicios. Y si no hay servicios, no hay generación de riquezas. Y si no hay riquezas, no hay con qué pagar los sueldos de la gente que trabaja. La discusión a veces es demasiado semántica e idealista. No se mira cómo y para qué se produce, ni cómo vive la gente que produce, ni cuántos son los que producen y porqué se usa esta tecnología. Sabemos que hay presión de los grupos ecologistas, que discuten desde un punto, pero no desde el otro que es el que se requiere que se debata. Necesitamos que nos digan con la tecnología actual y en este ambiente de rentabilidad, cómo tendríamos que producir, porque en esta discusión hay cosas que no se dicen, como que gracias a la tecnología que aplicamos en la actualidad, estamos teniendo la décima parte de erosión hídrica que había 15 años atrás. Tampoco se dice que hoy el insecticida más usado en los campos, tiene un impacto 2.000 veces menor que un Paratión, para los animales de ‘sangre caliente’. Hay una mirada sesgada de parte de algunos sectores”. El dirigente acotó que “somos los más interesados en proteger el ambiente y las herramientas con las que producimos, pero hay intereses, de grupos minoritarios, que escandalizan determinados aspectos de la producción”.

Montero señaló que “se necesita una agricultura con tecnología y con altos niveles de productividad, siempre cuidando el medio ambiente. El sector genera el 36% de la mano de obra, entre lo que se produce de materia prima y lo que se industrializa. Hay informes claros respecto de la toxicidad o no de determinados productos, elaborados por organismos internacionales muy serios, que el campo está respetando. Lo que pasa es que una noticia escandalosa produce más miedo que una discusión racional. En Crespo hubo una reunión hace algunos meses, con empresarios, productores y técnicos de distintas instituciones y en la misma, con toda claridad, un expositor explicó que si toda la agricultura sería orgánica, alcanzaría solamente para alimentar a la mitad de la población mundial. No seamos utópicos en los planteos; después nos desprendemos de la realidad y seguimos peor de lo que estamos. Lo importante es avanzar en un camino donde se compatibilicen los intereses, la salud de la población y la forma de producir”.

Por su parte, el presidente de la Federación Agraria en Entre Ríos, Elvio Guía, lamentó que la ley sea “demasiado prohibitiva y lo que más criticamos, es que haya sido tratada entre ‘gallos y medianoche’” y espera que los diputados lo revean, “porque además, esta normativa tiene numerosas contradicciones”. Dijo que “se establece por ejemplo, que en la provincia quedan prohibidas las fumigaciones aéreas (salvo excepciones) y las terrestres no pueden hacerse a una distancia menor a los 1.000 metros desde los cursos de aguas y sus nacientes, hablamos de ríos, arroyos, pero también de bebederos de animales, estanques… Creemos que con este proyecto, la mitad de la provincia de Entre Ríos (50%), queda sin agricultura, porque todo necesita alguna pulverización. Hay que llegar a una normativa de consenso, con el aporte de todos los ámbitos y de técnicos de las entidades agropecuarias. Y si hay algún productor que esté por ejemplo haciendo una aplicación en cercanías de una escuela, que se caiga con todo el peso de la ley al mismo, pero no por uno, tengamos que pagar todos, que usamos los productos adecuados y con todas las medidas de seguridad correspondientes”.

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