Merceditas, a 10 años de su muerte. “El amor hecho canción”

El Dr. Daniel Oscar Plenc, docente de la Universidad Adventista del Plata de Libertador San Martín, realizó un texto sobre la vida de la reconocida Merceditas que recibió en vida algunos homenajes y su historia fue llevada alguna vez al teatro. Murió a los 84 años, el 8 de julio de 2001, sin haberse casado nunca. Ramón Sixto Ríos quiso entregarle su corazón, y sólo pudo dejarle “Merceditas”, una de las piezas más amadas del cancionero popular argentino.

“Se llamaba Mercedes Margarita StricklerKahlov. Había nacido a unos 10 kilómetros de Humboldt (S.Fe), el 21 de diciembre de 1917, en una familia de inmigrantes suizos y alemanes. Allí transcurrió casi toda su vida, junto a su madre Margarita, su padre Alberto y su querida hermana Ernestina. Merceditas tenía grandes ojos azules y una larga cabellera rubia enrizada. Intercaló momentos de recreación andando a caballo, con el duro trabajo del tambo, la huerta y el campo.

Un día de 1939 llegó a su pueblo una compañía de teatro que entre otros artistas integraba un apuesto joven guitarrista nacido en Federación, provincia de Entre Ríos, llamado Ramón Sixto Ríos. Con maestría y luciendo un impecable traje azul, Ríos tocaba la guitarra en los intermedios. En el Club Sarmiento de Humboldt, Sixto y Merceditas compartieron algún diálogo en los momentos que siguieron y prometieron escribirse. Se había encendido en Sixto la llama pura y perdurable del amor, como el vestido blanco que Merceditas lucía esa noche. Se dice que Ramón Sixto, que en ese tiempo tenía 26 años (había nacido en 1913) visitó la casa de los Strikler.

La mamá de Merceditas no estaba muy de acuerdo con la profesión del pretendiente de su hija, por lo cual Sixto renunció a la bohemia de la vida de artista y consiguió trabajo en un banco. Después de 6 meses de escribirse, Sixto tomó un ómnibus en Buenos Aires y volvió a Santa Fe con los anillos de compromiso, pero Mercedes no quiso verlo, por temor a que Sixto la alejara de su terruño. Amaba aquella casa de campo rodeada de glicinas y de animales. Varias veces Sixto volvió a los hermosos paisajes de Humboldt sin poder convencer a Merceditas de que se casara con él. Expresó su dolor en las inmortales palabras de una canción:

Qué dulce encanto tiene tu recuerdo Merceditas, aromada florecita, amor mío de una vez….

Otras canciones como “Pastorcita de las flores”, “Las glicinas” y “Allá en Humboldt” se escribieron en honor de Merceditas, ninguna tan conocida como la primera. Cuando Merceditas escuchó el chamamé por la radio, cinco meses después de su primer encuentro, reconoció en su letra algunas frases que Ramón le había dicho personalmente. “Merceditas” se transformó en una de las canciones más queridas de la música argentina.

Ríos se casó finalmente con otra mujer y enviudó algún tiempo después, sin dejar hijos. Entonces le escribió a Merceditas invitándola a viajar a Buenos Aires. Volvieron a verse y Sixto volvió a proponerle matrimonio. Ella, una vez más le dijo que no. Pero siguieron escribiéndose hasta que Ríos murió a los 81 años, en 1994. El compositor compartió con Merceditas el dinero que recibía por sus derechos de autor sobre la canción que ella había inspirado. Mercedes no quiso abandonar esa vida de campo y libertad, los animales y la chacra. Cuando los miembros de su familia fallecieron, Merceditas permaneció sola en el campo, hasta que se trasladó al pueblo tras sufrir un accidente”.

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