Mascherano en Crespo habló de prevención y su recuperación tras 18 años de adicción a las drogas

Sebastián Mascherano, hermano del reconocido ex futbolista argentino, Javier Mascherano, estuvo nuevamente en Crespo, para brindar charlas a jóvenes estudiantes locales y a un público adulto, sobre la problemática de las drogas y cómo logró recuperarse luego de casi 20 años de adicciones, en un evento organizado por el municipio: “Uno trata de venir y llegar al corazón de las personas. Recorriendo el país, uno ve que la problemática se va agudizando, cada vez estamos más complicados y necesitamos poder fortalecer a las nuevas generaciones, educándolas. Deben entender que consumir sustancias no es un vicio, sino que es algo que lleva a enfermarme. En mi caso tuve 18 años de consumo. Al adolecente le cuesta mucho la frustración y también encontrar el momento para hablar de sus problemas con su familia, por lo que cuando nuestros hijos no pueden poner en palabra lo que le sucede o no encuentran 2 oídos en quien confiar, llegan a esa situación… Por eso es tan importante que haya un espacio de prevención, como hay en Crespo, donde puedan encontrar un lugar de escucha. Este siempre ha sido un tema tabú, ser falopero y drogadicto es una mala palabra, cuando necesitan de la contención. Y saben que pueden parar ahora. Para eso, el apoyo de la familia es fundamental. A muchos padres, les cuesta reconocerlo. Hoy vivimos en una sociedad que todo tiene que ser ideal, que la familia tiene que ser ideal, que la felicidad tiene que ser plena todo el tiempo y no se puede con todo eso. Y las sustancias están ahí, se cree que pueden aliviar o ayudar a evadir un problema, pero en definitiva lo que termina uno es anestesiándose de la realidad… Más allá que la droga puede matar, yo siempre digo que lo que mata (la droga) son los sueños que uno tiene. Hoy tengo 47 años y miro para atrás y me pregunto: ¿dónde están los sueños de mi vida? Y no fueron aquellos que uno tenía cuando iba al jardín, que quería hacer tal cosa… Hay que entender que educar es en la casa y aprender, en la escuela… Mi mensaje para los chicos es que se atrevan a golpear la puerta y pedir ayuda, porque hay muy buenos profesionales, la Iglesia también colabora, el deporte sostiene y mantiene el cerebro oxigenado, pensante y la educación, es la herramienta que necesitamos para poder madurar como sociedad. Porque sino, vamos a terminar como en la ‘gran selva’, como en Rosario, porque todo llega…”. 

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