Más opiniones de crespenses en el exterior: Hoy, Daniela Giménez desde “Islas Canarias”

Con 188.000 infectados y más de 19.000 muertos, España ha sido uno de los países más golpeados por el COVID-19. En “Islas Canarias”, archipiélago frente a la costa noroeste de África, está radicada la crespense Daniela Giménez, quien en diálogo con Canal 6 ERTV, contó sus sensaciones sobre esta pandemia que está dejando devastadoras consecuencias en todo el mundo.

“Estoy residiendo en Lanzarote. En estas islas, se vive del turismo, pero hoy, no tiene casi gente en la calle. Todos respetan el confinamiento. He notado que diariamente los aviones no pasan, más allá de algún helicóptero que hace control. En esta zona donde resido, se hacían los tests (para diagnosticar el Coronavirus), solamente a pacientes de riesgo muy alto o que estaban ingresando con urgencia al hospital. Lo dejaban solamente para los que más necesitaban. Yo trabajo en una farmacia y una compañera había empezado con síntomas y si bien seguimos con el protocolo, no le realizaron el test, porque no había posibilidad de hacerlo en ese momento. A los días yo también tuve algunos síntomas y me pasaron a aislamiento, pero como habían llegado los elementos para hacer el análisis, me lo realizaron y por suerte, dio negativo. Trabajamos diariamente con guantes y a partir de esta semana, en España se obliga a utilizar barbijos. Por otra parte, no podemos tener más de 3 personas en la farmacia y eso que es grande el espacio… Lo que nos está pasando a nivel mundial es como una cachetada que nos dieron a todos de una vez y poco a poco vamos reaccionando. Representará un cambio de chip, que me parece nos hacía falta, porque dedicábamos mucho tiempo a cosas que no eran tan necesarias y nos olvidábamos de cuestiones que estábamos dejando de lado. Lo que antes era natural tenerlo y ahora no lo tenemos, porque nos lo quitaron de golpe, nos choca mucho y eso te hace valorar realmente la familia, amigos, los momentos de estar con la gente que queremos, los abrazos y a nivel de gobierno también es un llamado para la empatía, para frenar la contaminación y de acordarse el valor que tienen pequeños sectores que nunca se acuerdan o no se los toman en cuenta. Será un cambio de mentalidad para todos, de valorar nuestro trabajo, tener más tolerancia, ayudar más al vecino y preocuparnos más por nuestros mayores”.