Más del 50% del maíz argentino se sembró en fechas tardías en la última campaña

La ecofisiología clásica sostiene que el maíz sembrado temprano es el que puede obtener el mayor potencial. “La diferencia se da cuando se interactúa con el ambiente y se trabaja en una agricultura de escala en lugar de una de ensayos en parcelas”, explicó Juan Lariguet, gerente de semillas de la empresa Dow AgroSciences Argentina, quien señaló que en el país, pueden crecer los rendimientos de maíz tardío, al mismo nivel de los tempranos, sin necesidad de hablar de rendimientos potenciales.

“Más de la mitad del maíz argentino se sembró en fechas tardías en la última campaña. Y dadas las condiciones de anegamiento que se ve en muchas provincias del país, es la clave para poder ocupar esos ambientes”, expresó Lariguet, aclarando que las fechas tardías son aquellas que parten desde el 20 de noviembre.

Al respecto, Fernando Andrade, investigador del INTA y del CONICET, expresó que “la población demanda cada vez más cantidad, pero también calidad. La comunidad científica asegura que no debe haber aumento de superficie cultivada, sino que el incremento de la producción debe pasar por más rendimiento por unidad de insumo y recurso disponible. Solo así se podrá reducir el impacto ambiental. Estos desafíos requieren innovación y el maíz tardío es un ejemplo. La clave pasa por el conocimiento del ambiente para obtener excelentes resultados”.

Entre las posibilidades de mejora del maíz tardío, Andrade sostuvo que es vital “adecuar el manejo del cultivo, la densidad de plantas, la nutrición y la fecha de siembra. Consideremos que el rendimiento potencial del maíz tardío cae en la medida en que atrasamos la fecha de siembra, a más latitud, más caída”.

El hecho de que un “maíz tardío” puede alcanzar el mismo rendimiento medio que uno temprano, se suma a la estabilidad que aporta el primero mencionado y como sostiene Gustavo Maddonni (Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires) “esa estabilidad es explicada desde una base más alta de peso de grano, lo que hace que el maíz tardío, en la sumatoria de los años, termine dando en promedio, mejores rendimientos que el temprano. El tardío fija los pisos y eso es clave en el sistema productivo argentino”.

Históricamente, el maíz era visto como un cultivo de baja inversión. Eso, sumado a que el potencial teórico del tardío es menor, es lo que generó el pre-concepto de que no se podía llegar a altos rendimientos. Sin embargo, el desarrollo de elementos genéticos con tolerancia a enfermedades, generaron una ganancia genética que puede aportar altos rendimientos en maíces tardíos.

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