Más de la mitad de los chicos entrerrianos son pobres

La pobreza se infantiliza: afecta el 51,92% de los menores hasta 17 años; en el país es de 48,47%. A nivel población, el total de la provincia es del 33,49%.

La pobreza en el segundo semestre de 2018 en Argentina, para el total de la población, fue del 32,7% –unas 14 millones de personas, mientras la indigencia fue del 6,6% 3,5 millones de personas–, según el informe elaborado por el Observatorio de Pobreza del Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (Cippes).

La medición del segundo semestre ubica a la pobreza por encima del 30%, cinco puntos porcentuales superior a la registrada durante el primer semestre (27,7%), dando cuenta del empeoramiento de la situación social en el país.

Por su parte, la tasa de indigencia registrada en el segundo semestre para el país fue 1,8 puntos porcentuales superior a la medición al primer semestre (4,8%).

Los datos muestran que en el segundo semestre de 2018 unas 2,24 millones de personas que antes podían adquirir con sus ingresos una canasta básica de bienes ahora ya no pueden hacerlo, y que 804.000 personas que antes podían al menos adquirir una canasta básica de alimentos, tampoco lo pueden hacer.

La situación es más grave en los niños y adolescentes, franja etaria distribuida entre los 0 a 17 años. Los datos del segundo semestre indican que el 48,47% de los niños y adolescentes viven en condiciones de pobreza, es decir, prácticamente la mitad de los niños y adolescentes del país, mientras el 10,98% vive en condiciones de indigencia. Es decir, en hogares donde no pueden adquirirse una canasta básica de alimentos.

El informe elaborado en todo el país, indica los datos en cada provincia. En Entre Ríos hay 455.600 personas en condición de pobreza (33,49%) y 95.115 personas en la indigencia (6,99%). Del mismo modo que esos indicadores, la incidencia de la pobreza en la niñez en la provincia también es más alta que en promedio nacional: el 51,92% de los chicos entrerrianos (206.382) son pobres, mientras que son indigentes 50.115 menores (12,61%).

Los datos de 2018 también muestran que las tasas de pobreza e indigencia infantil se incrementaron más y son superiores al incremento registrado en la población en general (la indigencia se incrementó 3,1 puntos porcentuales entre niños y adolescentes entre el primer y segundo semestre, mientras en la población general se incrementó 1,8 puntos porcentuales).

Si además se tiene en cuenta que se trata, principalmente los niños, de personas que no poseen estrategias propias de subsistencia, sino que dependen de lo que suceda en sus hogares, y que se encuentran en pleno desarrollo físico y psíquico, la situación es de extrema gravedad y vulnerabilidad, y necesita ser atendida de manera urgente (Fuente: APF).

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