María Grande: Tras 8 meses sin actividad, Termas espera la apertura de la temporada

El sector turístico es indudablemente uno de los más afectados por las medidas dispuestas ante la pandemia. Muchos emprendimientos de diversos rubros, debieron cerrar sus puertas ante la imposibilidad de seguir haciendo frente a los gastos sin ingresos.

El gobernador Gustavo Bordet confirmó que en los primeros días de diciembre se realizará finalmente la apertura de la temporada turística en la provincia, una noticia esperada con los brazos abiertos por los empresarios y emprendedores. No obstante, el daño es tan severo que deberá pasar un tiempo para ver la recuperación de cada actividad.

En este contexto, Francisco Altamirano, presidente del Directorio de Termas María Grande SA, habló con El Observador.

– ¿De qué manera sobrellevaron estos meses?

– Las empresas privadas nos encontramos en una situación financieramente endeble porque estar 8 meses sin ningún tipo de ingresos, es conflictivo. Somos 9 termas privadas en esta situación de las 15 que hay en la provincia, aunque las otras 6 tienen apoyo estatal o pertenecen al municipio. La realidad financiera la sufrimos todos por igual, lo que se espera por ese lado es que se haga algo con el tema de la energía eléctrica. Por otro lado, desde el 20 de marzo cuando la provincia emitió el Decreto que prohibía la actividad, hasta el día de la fecha, nunca promulgó con fuerza de ley nada al respecto para respaldarnos ante este contexto, siempre se esperó que la Nación lo determine.

– ¿Pudieron hablar con funcionarios provinciales?

– Hicimos las gestiones, tenemos contacto fluido con el Ministerio de Producción y Turismo encabezada por Juan José Bahillo. Hasta ahora por escrito con fuerza de Decreto o lo que fuere, la provincia no ha actuado. Ha tenido las mejores intenciones, se han anunciado con bombos y platillos líneas de financiamiento pero hasta el momento nadie ha podido acceder. Aquellas que se habían otorgado en principio con el CFI y mediante los bancos, ninguno de los operadores turísticos de la provincia pudo acceder.

– ¿Siguieron trabajando internamente?

– Los complejos están cerrados pero en las Termas de María Grande tenemos más de 195 cabañas. Nos hemos remitido a hacer la vigilancia, administrar internamente. El complejo está cerrado para afuera y en el interior mantuvimos 40 días suspendida la construcción hasta que se habilitó. Afortunadamente se levantaron 5 nuevas que están a estrenar y hay unas 12 en construcción. Esta inversión privada se ha sostenido. Si ves el tema desde otro contexto, esta situación afecta fuertemente a la economía de la ciudad. Los alquileres, restaurantes y demás, el pueblo entero se ve afectado. Estamos a la espera que las piletas de agua termal sean habilitadas, no hay motivo para no hacerlo. Debemos afinar los protocolos para trabajar de una forma distinta capacitando al personal, pensando que a partir de diciembre podemos trabajar y a desandar un camino lento porque esta época no es tan fuerte pero sí enero. El personal tiene que estar con un recorrido hecho para estar acorde a lo que vendrá.

– ¿Cómo pudieron mantenerse en pie?

– Lo que llegó de Nación son los ATP. Una parte de empleados sigue trabajando en vigilancia, el complejo sigue manteniendo la seguridad las 24 horas, pero muchos trabajadores no continuaron porque la actividad no está permitida. Pensando en la rehabilitación, ya con una fecha confirmada, el grueso del mantenimiento lleva unos 20 días de trabajo para ponerlo en condiciones. En este sentido las inversiones se realizan con certeza al conocer los tiempos y los plazos.

– ¿El protocolo está elaborado para abrir las puertas?

– Todas las consideraciones a tener en cuenta están especificadas, puntos de provisión de materiales y vestimenta, calzados de acuerdo a lo que se sabe del tratamiento del Covid, los empleados deben estar protegidos y demás detalles que se conocen en cualquier actividad. Igualmente todo lo que invierta en cuidados, no alcanza si no tenés conciencia individual en cada uno de nosotros. Pasa más por la responsabilidad sanitaria individual que por las reglamentaciones y disposiciones.