María Grande: Padre Follonier aseguró que se continuará con la obra del Cristo Sembrador

El 8 de marzo, el Padre Ariel Follonier llegó a la parroquia María Auxiliadora de María Grande para atender a toda su feligresía, en diálogo con El Observador contó sobre sus primeras semanas en esta ciudad, la actualidad de la entidad religiosa y las problemáticas sociales que preocupan a la Iglesia.

El Padre Follonier, reconoció que “he visitado María Grande en dos ocasiones pero nunca había vivido en la localidad. Afortunadamente la comunidad parroquial nos recibió muy bien, con ganas de trabajar. Claramente ante todo cambio hay cierta expectativa y a la vez una inestabilidad que tiene que ver con conocer a quien llega y su forma de actuar. Por eso es necesario adaptarnos mutuamente y vamos por ese camino”, indicó el cura párroco.

Respecto al estado de los diferentes edificios que componen la institución, Follonier informó que “la parroquia está bien pero siempre hay que hacerle tareas de mantenimiento, en estos momentos queremos mejorar la parte exterior, lo cual ya estápensado y se hará próximamente. Después está el proyecto, ahora un poco frenado, del Cristo Sembrador sobre la Ruta N° 10 que es una obra edilicia importante para nosotros y queremos llevarle la tranquilidad a la comunidad que se va a hacer. Por su parte, la Escuela Santa Rita es una gran iniciativa que va creciendo lenta pero paulatinamente y para ello llevará sus años. Hasta ahora fue creado el jardín y 1° grado y la idea es que a medida que avancen los alumnos se sume un nuevo grado cada año. Hay una Unión de Padres que trabaja con gran entusiasmo y hacen muchas cosas a pulmón. A eso se suma la generosidad de los docentes, que en toda escuela privada que recién comienza, trabajan muchas veces ad honorem. Sin el aporte de todos ellos, la institución sería difícil de sostener”, dijo Follonier respecto a la escuela que tiene aproximadamente 50 alumnos.

Por otro lado, al ser consultado sobre una compleja trama que afecta a grandes y pequeñas localidades y a todas las clases sociales, aunque especialmente a los jóvenes y adolescentes, como son las adicciones, el cura párroco aseguró: “Claramente es un tema que me preocupa, porque uno en cierto sentido es formador de la sociedad, es un referente. Por el momento suelo referenciarme más en los lugares por lo que pasé, que es Feliciano y Paraná, pero sabemos que lamentablemente la globalización se da para las cosas buenas y malas. Ya no existen en el mundo, lugares que estén aislados o protegidos de estas realidades que hacen mucho daño. Las drogas permitidas, como el alcohol o los cigarrillos también son peligrosas, pero pocos colaboran, ya que muchas veces con el objetivo de recaudar un poco más se vende a menores de 18 años cuando todos sabemos que está mal. Una adicción significa una ruptura, el adicto es el que no habla, está aislado desde su entorno por lo que no expresa lo que está sufriendo por dentro y por otra parte muchas de estas adicciones significa perder la capacidad de razonar, la voluntad y cuando sucede eso uno puede dañarse asimismo y a los demás”.

En tanto sobre la violencia que se manifiesta en la sociedad, el Padre Follonier llamó a reflexionar entre todos, al ejemplificar que “es conveniente no ver el tema a grandes escalas, sino que empezar a mirarlo desde lo que sucede en nuestros propios hogares. Por eso un partido de fútbol -en referencia al polémico Boca-River- es solo una muestra de lo que sucede a diario en la sociedad.  Llegamos a un punto en el que tomamos a la violencia en la cancha como algo normal, un lugar donde vale todo y no es así”, argumentó.

Finalmente volvió a destacar su agradecimiento a los ciudadanos de María Grande  y sobre el trabajo de todo sacerdote contó: “Tenemos la misión de ayudar a las personas para que estén más cerca de Dios, debemos ser prudentes. Cuando dejamos que Dios entre a nuestras vidas, todo se ordena, solo debemos dejarlo ocupar un lugar en nuestro corazón”, concluyó.