María Grande: La importancia de la psicología en el deporte

Ileana Fernández fue la primera técnica de Patín Artístico que tuvo el Club Atlético Litoral de María Grande cuando se inició la disciplina en el año 2000. Hoy, nuevamente vuelve a la entidad pero en otro rol. Ella es licenciada en Psicología y se especializó en Psicología Deportiva en la Asociación de Psicología del Deporte Argentino. Desde abril está trabajando en la institución al frente del Taller vinculado directamente a esta temática junto a las patinadoras del CAL.

Ileana realiza esta actividad dos viernes al mes de 17.00 a 21.00 y más aspectos al tema y a su trabajo se pueden observar en su cuenta de Instagram @if.psicodeldeporte.

En un mano a mano con El Observador, contó aspectos salientes de su tarea y del deporte donde las emociones juegan un rol prácticamente decisivo.

– ¿En qué consiste el trabajo que realizás en el club?

– Empezamos en abril de este año. Es un asesoramiento desde la psicología del deporte. A raíz de la demanda, la técnica de Patín vio la necesidad y le pareció buena idea incorporar dentro del cuerpo técnico una psicóloga deportiva y empezamos a trabajar. La tarea en sí es complementar el entrenamiento de los chicos y ayudar a entrenar las habilidades psicológicas que favorecen el rendimiento. No garantiza resultados, pero sí está comprobado que al entrenar esas habilidades como la confianza, la concentración, la regulación emocional como la ansiedad precompetitiva y competitiva, ayuda a que se acerquen a un mayor resultado, indiscutiblemente.

Estoy en el club dos veces al mes y hacemos encuentros con modalidad taller, trabajo en grupo y espacios individuales para priorizar alguna situación de alguna patinadora en especial. Trabajamos en equipo junto a la profesora, la preparadora física y la Subcomisión.

– ¿Hay diferentes trabajos de acuerdo a la edad de la deportista?

– Sí, se adecúa a la edad cronológica de los chicos. No es lo mismo trabajar con niñas que con adolescentes, que son las edades que manejamos. Si bien los contenidos o habilidades a trabajar son las mismas, se adaptan a la edad para que el mensaje llegue y sirva.

Ileana Fernández dialogó con El Observador.

– Al ser un deporte individual y donde evalúan el rendimiento, la tensión es casi constante en la patinadora.

– Además de ser un deporte donde quedan expuestas porque salen solas a las pistas y desde edades tempranas, afrontan situaciones donde tienen que tomar decisiones si se olvidan las coreo, si falla algún salto, si lo tienen que repetir… es muy exigente en ese sentido. Al ser individual experimental la exposición, de alguna manera les exigen madurar en la concentración, manejar la ansiedad.

Es un deporte de mucha precisión, es súper importante trabajar la fortaleza mental porque van aprendiendo gestos técnicos, van subiendo de categorías y aumenta la complejidad de una cuestión más técnica y física. Si no es acompañado con un crecimiento en la fortaleza mental, aprendiendo a manejar los factores que van a influir en el rendimiento como la confianza, el optimismo, la concentración, lleva a veces que la deportista termine desmotivándose al no poder adaptarse a esas situaciones y termina dejando la disciplina lo que es una verdadera pena.

– ¿Cómo es el momento después de una patinadora que no pudo llevar en pista lo que tenía planificado?

– Lo primero que se trabaja es la validación emocional. Más que el resultado lo que más frustra es no poder dar su mejor esfuerzo, quedarse con esa sensación de impotencia “tanto que entrené y no pude demostrar lo que sabía”. Eso es una mochila pesada que se transforma en un temor, empiezan a aparecer inseguridades: “si no me sale”, “si me pasa como la otra vez”.

Tienen minutos para demostrar lo que saben hacer y con más razón necesitan tener muchas herramientas para concentrarse. A pesar de los nervios y ansiedad pueden concentrarse y aprender a regular esa ansiedad. Después de la competencia hay chicas que terminan de competir y se largan a llorar, muchas lo hacen a modo de descarga y está bien. Cualquier emoción que expresen, va a estar bien. 

– ¿De qué manera influye el rol de los padres?

– Sobre el rol de la mamá y papá se les da como una de las sugerencias que traten de no utilizar lenguaje técnico con las chicas. Muchas veces por intentar motivar, terminan presionando. Sí deben exigirles que cumplan horarios, que sean respetuosas, disciplinadas, todo lo bueno que implica el deporte, pero no exigirles resultados. Muchas veces se frustra esa mamá o papá por la evaluación de los jueces y es válido porque lo sienten.

Más allá de eso, es bueno que acompañen a su hija. A veces tenemos culpa los adultos porque los chicos tienen más capacidad de aprender que nosotros porque no tienen miedo a equivocarse, pero ante la mirada de los adultos van aprendiendo que el error está mal y el error no está mal.

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Por Mauricio Jacob
Desde Crespo
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