María Grande alcanza los 112 años de vida

La ciudad alcanza su aniversario número 112 este domingo 30 de octubre, si bien no existe un acta fundacional, se tomó a 1904 como su cuna de nacimiento debido al momento en que con la llegada del “Punta de Hierro” (como se llamó al tren) el caserío comenzó a exhibir características urbanas.

Las páginas que narran los registros históricos, manifiestan que su nombre figuraba como “Pago de María” en un censo realizado en 1783 por el reverendo José María Cabriedos, y el origen se atribuye a María Garay, hija de don Juan de Garay, primer propietario de estas tierras por vía hereditaria.

Aparece también en la historia otra María, hermana menor de la anterior y viuda de Lencina. Se deduce que, en base a este nombre, el arroyo que nace en la zona, y por ende el poblado, fueron denominados: “María Grande”.

En otro tiempo, la localidad fue ruta obligada entre Paraná y Villaguay. Las picadas y sendas de sus montes eran constantemente cruzadas por galeras que hacían el comercio de transporte de pasajeros y encomiendas entre las dos ciudades.

El primer poblador llegaría en 1903 bajo la figura de don Pascual Ríos. Un año más tarde maria-grande-1536-reloj-municipal-maria-grandellegaría Víctor Estremero procediendo a la instalación de la primera fonda del lugar. En marzo de 1905, el poblado comienza a ser conocido como “Estación María Grande”, debido a que se libra al público el servicio ferroviario. En ese mismo año, las firmas Stagnaro y Solari, provenientes de Cerrito, instalan un centro cerealero y construyen el primer galpón grande. A partir de entonces el territorio comenzaría a poblarse con familias de apellidos hoy tradicionales: Morelli, Santichi, Deganis, Mastaglia, Campi y Scetti.

Al menos en las últimas dos décadas la ciudad ha demostrado un crecimiento sostenido, impulsado fundamentalmente por el desarrollo termal que se encuentra en uno de los ingresos por la Ruta Nº 10. La concurrencia habitual de los turistas atraídos por el lugar, llevó a incrementar los servicios destinados para tal fin. Muchos inversores llegaron también para edificar alojamientos que con su particular colorido embellecen las calles.

De la misma manera se puede hacer hincapié en la actividad industrial, dentro de la cual se aprecian las empresas instaladas en la periferia del poblado. Dentro de otros atractivos, emerge un evento tradicional que permite descubrir en cada septiembre la idiosincrasia rural de la región, así como entrometerse en el pasado contemplando máquinas agrícolas de todos los tiempos, reparadas y en funcionamiento. Una reserva ecológica, lindante al centro urbano y dispuesta con laguna, puentecito de madera, banquitos a la sombra y mucha naturaleza silvestre, se muestra al lugareño como una alternativa diferente en la ciudad, y al turista como otra excusa para llegar a la ciudad.

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