Mala praxis: El testimonio de la joven paranaense que casi muere en operación de amígdalas

“Tengo la vida de una persona mayor. Me cuesta caminar, respirar y tomo un montón de pastillas. Además quedé con ataques de pánicos y tengo hacer tratamiento psicológico una vez por semana”, confesó Yanina Almada.

Una joven oriunda de Paraná que se realizó una operación de amígdalas en el Hospital San Martín, denunció a la médica que la operó. Según sostuvo, la profesional le cortó la arteria carótida, poniendo en riesgo su vida. La causa comenzó a sustanciarse bajo la calificación legal de “Lesiones gravísimas al cuerpo y salud”.

“Desde el principio tuve miedo”, señaló Yanina Almada, que tiene 23 años, estudia Recursos Humanos y vive con su pequeña hija de tres años.

Según contó, la médica que la operaría le decía que la intervención era una de las más sencillas y que no había por qué preocuparse. Almada entró en el quirófano, la prepararon la cirugía y se durmió luego de que le administraran anestesia total.

Se despertó cuatro días después, un domingo. Estaba entubada y tenía una gasa que cubría una cicatriz en el cuello. Se sentía desorientada y cuenta que ninguno de los médicos le decía nada. “No se animaban a decirme qué me había pasado”, comenta. Hasta que uno de los enfermeros que la atendía le reveló que la “cirugía se había complicado” y que tuvieron que hacerle una traqueotomía.

Tres días después le dieron el alta y ella se encontró con la médica que le había operado para preguntarle qué había pasado en la operación. “No me decía nada, no contaba nada y lo único que hacía era reírse”, recuerda la joven.

En otro estudio médico que le hicieron, descubrió que le habían cortado la carótida por error. “Los médicos que me estudiaron después de la operación me dijeron que al suturarme, la carótida quedó más chica y que afectó la irrigación de sangre a la cara”, aseguró Yanina al diario Clarín.

Su abogado, Cristhian Panceri, describió que ahora la vida de Yanina está limitada por la mala praxis que sufrió. “No puede dormir boca arriba porque se le paraliza la mitad izquierda de la cara, se cansa con frecuencia, no puede realizar actividades física, ni levantar a su hija y le quedó un hematoma el cabeza. Además pierde pelo”, enumeró el letrado.

Debido a estas secuelas que le habría provocado la operación, el abogado y la familia denunciaron a la médica que la operó por lesiones gravísimas en el cuerpo y en la salud. Y también piden su inhabilitación para ejercer la medicina. Según la denuncia que se realizó ante el Ministerio Público Fiscal (MPF), por “imprudencia o falta de diligencia” la médica le cortó la arteria carótida, poniendo en riesgo la vida de la paciente.

“Tengo la vida de una persona mayor. Me cuesta caminar, respirar y tomo un montón de pastillas. Además quedé con ataques de pánicos y tengo hacer tratamiento psicológico una vez por semana”, confesó Almada con un nudo en la garganta (Fuente: Clarín).

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