Maíz: ¿Cómo incrementar los rendimientos?

El incremento del área de siembra de maíz es clave para contribuir con la sustentabilidad de los agroecosistemas, respondiendo además a satisfacer la creciente demanda local impulsada por las cadenas de producción animal, principalmente la avícola. Sin embargo, la fertilidad de los suelos condiciona los rendimientos alcanzables y bajo escenarios climáticos inciertos, como los pronosticados para el ciclo agrícola 2022/2023, se requieren herramientas específicas para el soporte de decisiones en la fertilización. En este sentido, investigadores del INTA Paraná, de la Universidad Nacional de Entre Ríos, del CONICET y de la Universidad de Kansas (Estados Unidos) analizaron la expectativa de rinde del cereal en función de la disponibilidad de nitrógeno en el suelo.

Ricardo Melchiori, coordinador del área de Investigación del INTA Paraná, expresó que “dentro de los diversos factores que condicionan el rendimiento del maíz, la variabilidad en el régimen de lluvias es una de las principales causas que limita en forma directa la producción, condicionando la toma de decisiones de prácticas de manejo sobre el cultivo, como la fecha y densidad de siembra y la dosis de fertilización… La producción provincial podría casi duplicarse si los rendimientos alcanzables o potenciales (sólo limitados por agua) y reales fueran similares. Estimaciones más factibles, donde se proponga reducir la brecha de producción un 20%, implicaría incrementar el rendimiento promedio provincial de 6 a 7 toneladas por hectárea”. Con esos números y sobre la base de la superficie provincial sembrada con maíz en el último ciclo agrícola, se aportaría cerca de 500.000 más de toneladas, “lo que contribuiría a satisfacer la creciente demanda provincial”.

Así como el clima presenta amplia variabilidad interanual, también puede demostrarse que la variación en las relaciones de precios (grano/fertilizantes) es de gran magnitud y resulta relevante al momento de decidir la dosis óptima económica de fertilización para los cultivos.

El clima que condiciona  

En el último ciclo agrícola se observó una marcada afectación del rendimiento asociado a las escasas lluvias y olas de calor en diciembre e inicios de enero. Reportes de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos indican que la lluvia promedio del último mes del año en la provincia es de 134 mm (período 2004–2020), mientras que en diciembre de 2021 fueron de solo 15. Estas condiciones penalizaron fuertemente el rendimiento del maíz en secano, el cual registró el rendimiento medio a nivel provincial más bajo de los últimos 10 años (3,2 Ton por ha).

“Con base en los análisis realizados, podemos decir que la incertidumbre climática para el cultivo de maíz es de media a alta, con 6 de cada 10 años con lluvias menores a las normales para el mes donde transcurre el período crítico de maíces tempranos (diciembre), lo que anticipa el riesgo del cultivo a sufrir estrés hídrico y disminución de rendimiento”, puntualizó por su parte, Nicolás Maltese, becario posdoctoral del Conicet, con sede en el INTA Paraná.

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