Ludi habló de la falta de rentabilidad en el transporte de cargas y de las peripecias por controles sanitarios

Visitó el “Centro Periodístico de Entre Ríos”, el dirigente de la Federación Entrerriana de Transportistas de Carga, Hermes Ludi (más de 40 años como camionero), quien en diálogo con El Observador y el programa “Fernando Huck Reportajes” de Canal 6 ERTV habló sobre el presente del sector y fue muy crítico de los controles sanitarios por el Covid-19 que tuvieron que padecer en estos 9 meses.  

– ¿Cómo les fue durante este año con pandemia y los controles en las rutas e ingresos a las ciudades?

– El transporte es un servicio esencial y lo que mantuvo la comida en la mesa de la población. Muchas de las actividades se pararon, pero el transporte siguió. Pero hasta hace un mes, que se fue flexibilizando la situación, tuvimos muchos inconvenientes. Yo grabé un video de cómo teníamos que descargar sin poder bajarnos del camión, caminando por las barandas y a desarmar todo sin pisar el suelo. Un día, en Nueva Esperanza (Santiago del Estero), en un comedor al que voy desde hace 40 años, entran 4 policías, se me ponen alrededor de mi mesa y me dicen que no podía estar allí. Así que tuve que pagar y me sacaron custodiado como a un delincuente. Era porque no podía bajarme del camión, porque supuestamente nosotros llevábamos el virus, cuando lo que estaba haciendo era trabajar. Siempre pedimos un protocolo nacional, porque sino, quedaba a criterio de cada intendente o gobernador. Hubo mucha injusticia, que no sirvió para nada, porque la pandemia se dio igual

– ¿Hubo muchos camioneros contagiados?

– No. Por eso la pregunta que nos hicimos: si hay tan pocos camioneros infectados, ¿por qué fuimos los más perseguidos de todos, juntos con los médicos y enfermeros? Escuché que durante este fin de semana largo, en San Luis, había colas de turistas, provincia donde se cometieron las barbaridades más grandes con los transportistas desde marzo. Cuando llegabas, te llevaban al circuito internacional de automovilismo, que era como un campo de concentración, donde te daban unas carpitas, baños químicos y venía un chofer de San Luis, se subía a tu camión y él hacía el descargo. El camión es nuestro hogar, este año ya dormí en la cabina 300 días, como muchos otros y no se nos puede invadir de esa manera, que te lo lleve un extraño. Nos medían la temperatura, nos hacían hisopado, el test rápido… todo eso fue tiempo perdido, molestias y sufrimiento. Imagínense que te saquen de un comedor lleno de gente, rodeado de policías, cuando uno lo único que estaba haciendo, era estar de viaje por trabajo. Recuerdo que ahí les dije los alimentos que están comiendo, las mesas, sillas, todo fue traído por un camión… En Catamarca te bajabas y empezabas a mirar alrededor a las casas que no llamen a la policía a denunciarte… Los choferes que iban a Tucumán, debían estar 14 días de cuarentena, por lo que en un mes hacían dos viajes, cuando tendrían que hacer uno por día. Hoy ya está todo normal, ya te bajás en cualquier lado…

– En algunos países se está dando una segunda ola de contagios: ¿están preparados para afrontar una situación parecida?

– Esto va para largo y tenemos que acostumbrarnos a convivir con el virus y a cuidarnos hasta que se solucione. Nosotros ya nos acostumbramos a tener el alcohol en el volante y demás. Lo que pedimos es que si vuelve a suceder, que no atropellen el derecho humano y que podamos movernos libremente, porque estamos trabajando…

– ¿Y cómo están ahora…?

– Venimos de un año bueno en cuanto a cantidad de trabajo, pero de rentabilidad y ánimo, muy mal. Los costos están muy altos. Hoy para tener un chofer, solamente de cargas sociales, hay que pagar $ 30.000. Los seguros subieron, el combustible aumentó, que es el insumo que más consumimos y que se lleva más de la mitad de un viaje y los repuestos ni hablar, porque son en dólares. Las cubiertas no se consiguen; en nuestro caso, compramos un juego para el chasis, en abril, a $ 32.000 las de adelante y $ 36.000 las de atrás. Veo camiones en muy malas condiciones, porque los números no dan, no hay cómo mantenerlos”.

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