Lucas González: Un lugar que hace bien a la comunidad

Con tan solo dos meses de vida, el Espacio Comunitario “Micaela García”, es un lugar que presta diferentes herramientas a la comunidad. Desde asesoramiento para trámites diversos, una biblioteca comunitaria, la posibilidad del uso de PC e impresora y el pasado fin de semana realizó la apertura del Programa de Asistencia Alimentaria (almuerzo y merienda). Su impulsor, Federico Moreno, dialogó con El Observador sobre el funcionamiento de este lugar que se ha ganado un espacio en la sociedad luquense.

– ¿Cómo nació el Espacio Comunitario?

– Los inicios fueron a partir de la pandemia, venía ayudando a la gente con trámites como el IFE, a tasa cero, becas del Inaubepro poniendo a disposición el número de mi celular y mi computadora. Había mucha gente que no entendía y que necesitaba una mano para hacerlo. Durante el día recibía los archivos, me encargaba de inscribir, descargar los datos y demás. Eso fue durante los primeros meses de cuarentena. En una segunda etapa, un día vi en la compra venta de Facebook un escritorio y surgió la idea. Con el acompañamiento de mi familia que me ayudó desde el primer día, lo compramos y lo ubicamos en el living de casa entonces la gente podía ingresar y lo guiábamos en lo que estábamos necesitando.

– ¿El proyecto fue haciéndose cada vez más grande?

– Un día estábamos con mi familia, en un pequeño local al lado de casa, y pensamos por qué no empezar a ordenarlo pensando en el ejercicio profesional mío a futuro, ya que si todo sale bien el año que viene me recibiré de abogado. Estaba la posibilidad de usar ese lugar como oficina y  mientras tanto podríamos usarlo para atender la gente. Fue así que lo abrimos un miércoles a principios de septiembre como un espacio comunitario, para brindar la ayuda que podamos ante diversas consultas. Después fueron surgiendo ideas pensando qué más se podía hacer. Un ropero comunitario, una biblioteca comunitaria, asesoría de trámites, guía en casos de violencia de género ya que no hay un espacio de contención o donde puedas asesorarte.

“Nos sentimos felices por la recepción que ha tenido en la gente y por quienes se acercan para colaborar con el otro

– ¿Por qué “Micaela García”?

– Como todo espacio tiene que llevar un nombre y quería ser contemporáneo, empleando el nombre de alguien que pueda palpar la historia reciente. Se me vino a la mente Micaela por su ejemplo de militancia, trabajo, estar siempre en los barrios y lo que generó tras lo que lamentablemente le pasó. A partir de eso se han generado espacios culturales, centros comunitarios, inclusive hay hasta unidades básicas con su nombre porque era militante política. Al momento de decidirnos por esa denominación, a través de una chica de Nogoyá me pude contactar con Andrea, la mamá de Micaela, a quien le consulté si podíamos hacer utilización del nombre y nos expresó con total alegría y orgullo que lo podíamos hacer. Nos contó que cada espacio que se abría con su denominación, le producía mucha felicidad y así quedó.

– Un paso muy importante en cuanto a lo que brindan, es el Programa de Asistencia Alimentaria que comenzó el pasado fin de semana.

– Se dio como en escalada dentro de lo que fuimos brindado desde el espacio. Primero la guía en los trámites, después una biblioteca comunitaria, luego la red comunitaria de empleo y recientemente el Programa de Asistencia Alimentaria. Lo hacemos en un trabajo conjunto con el Movimiento Evita de Entre Ríos, como una forma de poder llegar con más facilidad a la tarea. Demanda mucho tener un espacio de ese estilo, realizar una actividad cada fin de semana, brindar almuerzo y merienda. Para la primera ocasión que fue el pasado fin de semana, tuvimos cupo completo de unas 60 personas. Vamos a continuar trabajando y ver si lo podemos ampliar porque seguramente habrá familias que no se habrán enterado. Lo fuimos preparando con mucha alegría pero también siendo conscientes de que si podemos brindar esa respuesta es que hay una situación social y económica determinada en los barrios que lo están necesitando. Es decir nos pone felices poder atender pero al mismo tiempo sabemos que no está tan bueno que abran más comedores y merenderos porque es el reflejo que hay una situación grave.

– ¿Qué sensaciones te invaden con lo que se ha ido logrando desde el primer día?

– Primero una profunda alegría porque uno desde las convicciones o valores personales, tiene que sentir esa ayuda al otro. Fundamentalmente lo que quiero destacar es el acompañamiento de mi familia que permitió hacerlo realidad. Al equipo de trabajo que se ha sumado, nos sentimos felices por la recepción que ha tenido en la gente y por quienes se acercan para colaborar con el otro. Esas actitudes nos llenan de satisfacción porque se genera una cadena solidaria que es importante en estos tiempos. Hemos asistido a más de 500 personas en el primer mes y medio de trabajo, de esas más de 500 han recurrido varias veces al Espacio y llevamos más de 1.022 consultas.

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