Los talibanes se apoderan de Afganistán: qué paso y cómo sigue

Los talibanes tomaron el poder en Afganistán dos semanas antes de que Estados Unidos completara su retiro de tropas después de una costosa guerra de dos décadas.

Los insurgentes irrumpieron en todo el país, capturando todas las ciudades importantes en cuestión de días, mientras las fuerzas de seguridad afganas entrenadas y equipadas por Estados Unidos y sus aliados se desvanecían.

A continuación, una explicación de lo que sucedió y lo que viene a continuación:

¿Qué está pasando en Afganistán?

Los talibanes, un grupo militante que gobernó el país a fines de la década de 1990, han vuelto a tomar el control. La invasión de Afganistán liderada por Estados Unidos en 2001 expulsó a los insurgentes del poder, pero nunca se fueron. Después de bombardear todo el país en los últimos días, el gobierno respaldado por Occidente que ha gobernado el país durante 20 años se derrumbó. Los afganos, temerosos de su futuro, corren hacia el aeropuerto, una de las últimas rutas fuera del país.

¿Por qué la gente está huyendo del país?

Les preocupa que el país pueda caer en el caos o que los talibanes puedan llevar a cabo ataques de venganza contra quienes trabajaron con los estadounidenses o el gobierno.

Muchos también temen que los talibanes vuelvan a imponer la dura interpretación de la ley islámica en la que se basaron cuando gobernaron Afganistán de 1996 a 2001. En ese entonces, a las mujeres se les prohibía asistir a la escuela o trabajar fuera de casa. Tenían que usar el burka que lo abarcaba todo y estar acompañados por un pariente masculino cada vez que salían. Los talibanes prohibieron la música, cortaron las manos a los ladrones y apedrearon a los adúlteros.

Los talibanes han tratado de presentarse como una fuerza más moderada en los últimos años y dicen que no se vengarán, pero muchos afganos se muestran escépticos ante esas promesas.

¿Por qué los talibanes tomaron el poder ahora?

Probablemente porque las tropas estadounidenses se retirarán a finales de mes. Estados Unidos ha estado tratando de salir de Afganistán, su guerra más larga, desde hace varios años.

Las tropas estadounidenses derrocaron a los talibanes en cuestión de meses cuando invadieron para erradicar a Al-Qaeda, que orquestó los ataques del 11 de Septiembre mientras era albergada por los talibanes. Pero resultó más difícil mantener el territorio y reconstruir una nación golpeada por guerras repetidas. A medida que el enfoque de Estados Unidos se trasladó a Irak, los talibanes comenzaron a reagruparse y en los últimos años se apoderaron de gran parte del campo afgano.

El año pasado, el entonces presidente Donald Trump anunció un plan para retirarse y firmó un acuerdo con los talibanes que limitaba la acción militar estadounidense contra ellos. El presidente Joe Biden luego anunció que las últimas tropas se irían a fines de agosto.

Cuando se acercaba la fecha límite final, los talibanes comenzaron una ofensiva relámpago, invadiendo ciudad tras ciudad.

¿Por qué colapsaron las fuerzas de seguridad afganas?

¿La respuesta corta? Corrupción.

Estados Unidos y sus aliados de la OTAN gastaron miles de millones de dólares durante dos décadas para entrenar y equipar a las fuerzas de seguridad afganas. Pero el gobierno respaldado por Occidente estaba plagado de corrupción. Los comandantes exageraron el número de soldados para desviar recursos, y las tropas en el campo a menudo carecían de municiones, suministros o incluso alimentos.

Su moral se erosionó aún más cuando quedó claro que Estados Unidos estaba saliendo. A medida que los talibanes avanzaban rápidamente en los últimos días, unidades enteras se rindieron después de breves batallas, y Kabul y algunas provincias cercanas cayeron sin luchar.

¿Qué le paso al presidente de Afganistán?

Huyó. El presidente Ashraf Ghani se agachó e hizo pocas declaraciones públicas mientras los talibanes se extendían por todo el país. El domingo, cuando llegaron a la capital, salió de Afganistán y dijo que había decidido irse para evitar un mayor derramamiento de sangre. No está claro a dónde fue.

¿Por qué se está comparando a la situación con la caída de Saigón?

La caída de Saigón ante las fuerzas norvietnamitas en 1975 marcó el final de la guerra de Vietnam. Se convirtió en un símbolo perdurable de la derrota después de que miles de estadounidenses y sus aliados vietnamitas fueran sacados de la ciudad en helicópteros. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha rechazado cualquier comparación con Afganistán, diciendo: “Esto evidentemente no es Saigón”.

¿Qué pasará a continuación?

No está claro.

Los talibanes dicen que quieren formar un “gobierno islámico inclusivo” con otras facciones. Están manteniendo negociaciones con políticos de alto nivel, incluidos líderes del gobierno anterior.

Se han comprometido a hacer cumplir la ley islámica, pero dicen que proporcionarán un entorno seguro para el regreso a la vida normal después de décadas de guerra.

Pero muchos afganos desconfían de los talibanes y temen que su gobierno sea violento y opresivo. Una señal que preocupa a la gente es que quieren cambiar el nombre del país a Emirato Islámico de Afganistán, que es como lo llamaron la última vez que gobernaron.

¿Qué impacto puede tener en las mujeres?

Muchos temen que pueda significar un grave retroceso de los derechos.

Las mujeres afganas han logrado importantes avances desde el derrocamiento de los talibanes. A muchos les preocupa que una vez más se verán confinados en sus hogares. Los talibanes han dicho que ya no se oponen a que las mujeres asistan a la escuela, pero no han establecido una política clara sobre los derechos de las mujeres. Afganistán sigue siendo un país abrumadoramente conservador, especialmente fuera de las grandes ciudades, y la condición de la mujer a menudo varió, incluso bajo el gobierno de los talibanes.

¿Harán los talibanes un nuevo pacto con Al-Qaeda?

Eso es una incógnita, pero los oficiales militares estadounidenses están preocupados.

En el acuerdo de paz firmado con Estados Unidos el año pasado, los talibanes se comprometieron a luchar contra el terrorismo y evitar que Afganistán se convierta nuevamente en una base para ataques. Pero Estados Unidos tiene poca influencia para hacer cumplir eso.

Los avances tecnológicos de los últimos 20 años permiten a Estados Unidos apuntar a presuntos militantes en países como Yemen y Somalia, donde no tiene una presencia permanente de tropas. Los talibanes pagaron un alto precio por su papel en los ataques del 11 de septiembre y probablemente esperan evitar que se repitan mientras buscan consolidar su gobierno.

Pero a principios de este año, los principales líderes del Pentágono dijeron que un grupo extremista como Al-Qaeda podría regenerarse en Afganistán, y los funcionarios ahora advierten que esos grupos podrían crecer mucho más rápido de lo esperado.

Afganistán también es el hogar de un grupo afiliado al Estado Islámico que ha llevado a cabo una ola de horribles ataques contra su minoría chiíta en los últimos años. Los talibanes han condenado tales ataques y los dos grupos han luchado entre sí por el territorio, pero queda por ver si un gobierno talibán estará dispuesto o será capaz de reprimir al EI.

Agencia AP