Los hermanos sean unidos: Cynthia y Yamil contaron su experiencia

Pasaron aquellas semanas donde la noticia llenó de incertidumbre el seno familiar. Conocer que la única solución para seguir adelante era el trasplante de médula en Yamil, fue un golpe difícil de asimilar. Tenía Aplasia Medular. Luego vino el momento de hacerle frente al problema, los estudios de compatibilidad y la primera buena noticia en este capítulo de la vida de los Borgetto: Cynthia, su hermana, era compatible 100%.

En pocos meses, ya estaba encaminado el procedimiento. A fines del 2020 llegó la extracción y el posterior trasplante. Seguidamente las oraciones siguieron subiendo al cielo para que Yamil responda, lo que afortunadamente sucedió. Semanas después, al fin, vino el momento de volver a casa, a su pueblo. Allí hubo un cálido recibimiento de los afectos, de la gente que también fue parte de esta historia con sus continuas palabras de aliento.

Esa historia de vida misma, fue repasada por los hermanos en charla con Canal 6 ERTV. Cómo comenzó, los pasos que siguieron, las emociones y el acompañamiento constante. Una experiencia que también vale como ejemplo, porque donar sencillamente significa darle un poco más de vida a alguien.

– ¿Cómo comienza esta historia?

Yamil: – En septiembre empecé con dolores de cabeza, mareos, cosas raras que sentía en el cuerpo y decidí ir al médico. Me hicieron análisis de sangre y estaba anémico. Me derivaron a Paraná y ese mismo día me dijeron que era Leucemia. Pasaron los días, me hicieron punciones en la médula, se analizó y descartaron la Leucemia porque era una Aplasia Medular.

Cynthia: – Como que se perdían los componentes de la sangre pero no había células cancerígenas que estén comiendo esos componentes, era directamente que no se generaban.

– ¿Los síntomas aparecieron de golpe?

Yamil: – En agosto empecé con cansancio, pero en septiembre era mucho más, caminaba una cuadra y se me aceleraba el corazón. Sentía que algo raro había en mi cuerpo porque no era de caminar una cuadra y cansarme.

Cynthia: – Se fatigaba muy fácil, era un extremo complicado. Eran unas cuadras que caminaba y se sentía cansado. Ni siquiera podía correr o andar en bici.

– Una vez conocido el diagnóstico, ¿qué sucedió?

Cynthia: – En cuanto se dijo que era Aplasia Medular, los médicos comentaron todo tal cual como debe ser, sin filtros. Al principio choca toda esa información pero la realidad era así. Nos dijeron que la única cura era el trasplante de médula, entonces mis padres y yo tuvimos que proceder a un estudio de compatibilidad y ahí fue donde se detectó que yo era 100%.

– Dentro de esa situación dramática, fue una buena noticia.

Cynthia: – Sólo en el 25% de los casos un familiar es compatible. Si eso no sucede se recurre al listado del INCUCAI y el proceso se extiende algo más, pero se corre riesgo que el paciente no consiga alguien compatible.

– ¿Cómo fueron los pasos de donar médula?

Cynthia: – El procedimiento se basa en un trabajo de 5 días previos a la extracción, te aplican inyectables para generar más glóbulos blancos. Es como que distorsionan un cuerpo sano para que llegado el día de la extracción se pueda sacar esa porción extra de médula que se genera, pero siempre todo el organismo controlado: presión, temperatura y demás. Si surgía algo, actuaban de inmediato.

– ¿Fue doloroso?

Cynthia: – Para nada fue doloroso. Lo único es que demanda tiempo, al quinto día me aplicaron el quinto y último inyectable y a la media hora me sometieron a la extracción. Estuve desde las 7.25 hasta las 14.00 acostada en una única posición, sin doblar brazos, sin flexionar, sin girar, es todo tiempo y aguantar esa misma posición. Cuando terminó la hematóloga me sacó las agujas y costaba doblar los brazos por la cantidad de horas que estuve. Podés dormir mientras tanto. Por otra parte soy de venas chicas y eso lo evalúan antes de someterte a la extracción, si tus venas no aguantan pasan a otro procedimiento. Entonces como mis venas tenían ese tamaño, la máquina no extraía con total normalidad, se formaban coágulos y se hacía una pared. Yo tenía que impulsarlo abriendo y cerrando las manos; generalmente nos pasa a las mujeres de poco peso o altura baja.

– ¿Cómo sigue tu vida, Yamil?

Yamil: – Cada 15 días me hacen análisis en Paraná, me hacen de todos los virus. Es un listado bastante largo de cada uno. A Buenos Aires tengo que ir en caso que en Paraná o en esta zona no tengan los elementos indicados para esos análisis. En ese caso tendría que ir cada mes a Buenos Aires para controlar que no tenga ninguno de esos virus. Al no tener mi sistema inmune al 100%, hay probabilidad que esos virus se activen y sean una molestia.

– ¿Esto le puede pasar a cualquiera o hay alguna razón?

Yamil: – Cuando me internaron en Paraná, me preguntaron si en la zona había contaminación por fumigaciones o demás. Cuando fuimos a Buenos Aires le consultamos a la jefa de Trasplante y nos dijo que no tiene un porqué, sino que te pasa.

– Cynthia, ¿en tu caso debés tener un cuidado especial?

Cynthia: – Me dieron un plazo de una semana aproximadamente donde no debía hacer ninguna actividad física, de reposo. Después de ese tiempo, si me sentía bien y no sentía nada extraño en mi cuerpo, podía retomar mi rutina normal. Cada dos o tres meses medianamente, me hago controles para que los componentes sean normales.

– Yamil, ¿estabas estudiando?

Yamil: – Sí, estaba haciendo la carrera de Contador en la UNER de Paraná. Mientras sea virtual lo puedo hacer. Me tengo que cuidar del sol, más que nada por una medicación que restringiría el efecto.

– Ustedes conforman una familia muy conocida por la vida deportiva. Eso fue importante para tener un respaldo anímico.

Cynthia: – Fue lo que primero agradecimos, estar allegados al deporte. Conocer tanta gente del ambiente, ayudó mucho. No sólo porque estuvieron colaborando con lo económico por si la mutual no respondía, sino que te dan fuerzas con los mensajes de afecto, te sentís acompañado. En ningún momento te sentís solo. Por más que estuvo 29 días encerrado en la habitación, en ningún momento Yamil sintió esa soledad, porque la gente te hace llegar esas buenas vibras.

Yamil: – Muchos pensaron no mandar mensajes para no molestar. Pero con un simple mensaje y poder hablar de otras cosas con otras personas, fue muy valioso.

– El pueblo les brindó un lindo recibimiento…

 Cynthia: – Sí, emocionante. Por el hecho de la pandemia, Yamil tiene que tener sus cuidados y por eso no queríamos que se conglomere mucha gente. Les estamos muy agradecidos a todos.

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