Linfedema: Cómo afecta al paciente física y mentalmente

El linfedema es la inflamación de los tejidos, que afecta con mayor frecuencia los brazos y piernas, pero también puede ocurrir en la pared torácica, el abdomen, el cuello y los genitales.

El Dr. Elías Giménez, cirujano torácico y cardiovascular, en diálogo con Canal 6 ERTV, explicó que “es una enfermedad crónica que afecta a unas 300 millones de personas en el mundo, que es discapacitante cuando llega a sus estados más avanzados y además, provoca trastornos psicológicos en el paciente, porque al no poder caminar y ver las piernas tan edematizadas, incluso con lesiones ulcerosas, evita el contacto social, no sale a la calle. Muchos de ellos, tienen insuficiencia venosa crónica y en otras ocasiones, sufren una trombosis y empieza a afectarse el sistema linfático”.

El profesional detalló que “hay 2 tipos de linfedema, el primario, que se da desde el nacimiento y el secundario, que surge debido a otras patologías. Generalmente afecta un poco más a las mujeres pero casi es lo mismo en cuanto a porcentajes con los hombres. Los diferencia que las primeras, consultan más tempranamente al médico, lo que ayuda en el tratamiento, que como es una enfermedad crónica, no se puede abandonar. La indicación es, fármacos, que mejoran la circulación en general y se disminuyen los edemas, con algunos diuréticos. Por otra parte, los kinesiólogos hacen drenaje linfático, que es clave para ayudarnos. Asimismo, como se dijo, hay que abordar la parte de salud mental, porque a veces los resultados no se ven en una primera instancia, sino que por ahí demoran unos meses en apreciarse. Esta es una enfermedad muy difícil de prevenir, que no es culpa del paciente en sí, obviamente que algunos hábitos ayudan a favorecer su aparición. Siempre remarcamos que es importante hacer un correcto diagnóstico, debido a que los edemas pueden deberse a otras patologías: la insuficiencia cardíaca, la trombosis u otras afecciones pueden generarlos también, pero no son linfedemas…”. 

CASOS SEVEROS

“Hay casos severos, donde la piel después de una cierta elasticidad se abre y se generan úlceras superficiales, que se infectan. Lógicamente deben ser tratadas, pero muchas veces el paciente no quiere consultar porque tiene vergüenza… pero como todo ha avanzado en la medicina, tenemos la solución, no para sanarlo, sí para ayudarlo y mejorar su situación…”.   

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