Libertador: ¿De qué se trata Sansón y su importancia en chicos discapacitados?

Karen Flores y Eluney Ávila, alumnas de Medicina y Licenciatura en Psicología de la Universidad Adventista del Plata (UAP) de Libertador San Martín, respectivamente, colaboran hace varios años en el grupo de servicio voluntario denominado “Sansón”. Se trata de una agrupación de estudiantes de distintas carreras que desde hace 11 años, está activamente trabajando para brindar actividades y apoyo para niños con discapacidades.

La idea de formar este grupo fue llevada a cabo en 2010 por Pablo Luna, alumno en ese entonces de Comunicación Social. “No fue fácil, ya que trabajar con niños con discapacidad era algo nuevo y desconocido para los alumnos de la UAP”, contó Karen. “Comenzaron realizando actividades para un solo chico, pero después fueron sumando niños que necesitaban de esa clase de amistad y compañerismo”, agregó.

“En la actualidad participan alrededor de 30 estudiantes universitarios que dedican parte de su día a día para pensar y elaborar actividades que puedan realizar con los niños”, acotó Eluney. “Dividimos los grupos en comisiones para que todos puedan compartir, aunque sea un sábado con cada uno de los chicos”, prosiguió.

Consultadas sobre el efecto pandemia, Karen contó que “comenzamos el 2020 con todas las pilas. Planificamos viajes, actividades, y eventos para que los chicos pudieran disfrutar en compañía y crecer más juntos”.

A ello, Eluney agregó: “La llegada de la pandemia fue un choque para todos, por lo que no fue nada fácil seguir con las actividades de manera virtual. Pero sabíamos que teníamos que buscar algo bueno dentro de lo malo. Por lo que comenzamos a grabarnos de manera que los chicos pudieran continuar aprendiendo y compartiendo momentos agradables y educativos. A veces nos desanimábamos, pero ver a los chicos felices era nuestro cable a tierra”.

Sobre el tema, Flores también comentó que “empezamos a buscar alguna manera de poder juntarnos con los chicos de manera presencial. Nos parecía insuficiente esto de realizar actividades a través de videos, ya que no podíamos ver las caras, o la retroalimentación de los niños. Por lo que ideamos un plan de visita reducida a cada casa. Les comentamos la idea a los padres, para contar con su apoyo. Cuando finalizamos nuestra propuesta, se les vino una sonrisa a la cara, ya que sabían que los niños necesitaban esto”.