Legisladores nacionales cobrarán más de $60.000 de bolsillo

legisladoresDesde el primer día hábil de febrero, los senadores y diputados nacionales con mayor antigüedad podrán percibir un ingreso de más de $60.000 “de bolsillo”, que corresponde al acuerdo paritario que cerraron los empleados del Congreso el año pasado y que alcanzó un 28,15%.

Si se suman los viáticos por pasajes aéreos y terrestres, que ascienden a $19.500 y pueden ser canjeados por efectivo, el monto podría elevarse a casi $80.000.

Este número corresponde a la suma de las dietas de los funcionarios, sumado a otros ingresos extras como “desarraigo” y “gastos de representación”, menos los descuentos por impuestos, obras sociales, familiares y ganancias. Sin embargo, no todos los parlamentarios cobrarán lo mismo, ya que el ingreso bruto varía, entre otras cosas, por la antigüedad en el cargo.

De esta forma, el ingreso neto de un legislador del interior en 2015 (los de la Capital cobran menos porque no tienen ingresos por “desarraigo”) crecerá un poco más de $10.000 respecto al año anterior. Hasta diciembre de 2014, los diputados y senadores con más antigüedad llegaron a cobrar casi $50.000 en mano y un sueldo bruto cercano a los $58.000. En tanto, los “gastos de representación” seguirán en los $10.000, la misma cifra que mantienen desde 2013 y que tampoco fue ajustada el año pasado.

No obstante, el plus por “desarraigo” que reciben aquellos funcionarios que tienen su residencia a más de 100 kilómetros del Congreso (según se refleja en la página oficial de este organismo público) sí aumentará este año. Mientras que en 2014 el valor de este rubro había sido fijado en $8300, a partir de febrero próximo se elevará a más de $10.000, un 20% más aproximadamente.

Fuentes de la Cámara de Diputados indicaron que el incremento salarial se percibirá en su totalidad a partir del 1 de febrero. A modo de justificación, señalaron que si se comparan las dietas de las Legislaturas de todo el país, el Congreso Nacional ocupa el lugar número 11 en cuanto al valor de las dietas de los legisladores. En este sentido, explicaron que quienes recibieron un mayor aumento de las dietas en el último año fueron los funcionarios de la ciudad de Buenos Aires, Santa Fe y la provincia de Buenos Aires. En el caso de Capital Federal, los legisladores duplicaron su sueldo en dos años -según un relevamiento que hizo La Nación el año pasado- y en 2015 llegaría a los $77.500 bruto.

También, afirmaron que el aumento de los diputados nacionales será del 27,6%, un 0,55 menor al que se estableció por la paritaria de los trabajadores legislativos, según informó la presidencia del Senado en un comunicado, en mayo pasado.

Los descuentos que perciben también son muy elevados. El impuesto a las ganancias (que entra en la máxima categoría con un descuento del 35%), más obras sociales y otros impuestos suman más de $20.000.

Pero a la dieta de los legisladores se le suma una serie de “beneficios” que incrementan sus ingresos. Entre ellos, los viáticos adicionales, que llegan a los $19.500. Los funcionarios reciben 20 tramos aéreos y 20 terrestres. Estos últimos tienen un valor de 285 y los aéreos de alrededor de 640, que, en caso de no utilizarlos, pueden canjear en efectivo. De ser así, el ingreso percibido llegaría a los $80.000 y, de alguna manera, les sirve para recuperar lo que pierden en ganancias.

Según publicó La Nación, en el Congreso se ha consolidado un sistema “de enganche” en los aumentos de las dietas que consiste en un 20 por ciento superior a la primera categoría de planta permanente, que equivale al cargo de un director. De esta forma, el aumento que reciben los legisladores del 28,15 por ciento resulta de las paritarias que los trabajadores del Congreso cerraron el año pasado.

Esta resolución fue adoptada tras un fuerte aumento de sus ingresos en 2012, que alcanzó un ajuste del 100%. Ese año, por decisión del presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y el presidente del Senado, Amado Boudou, los ingresos de los legisladores se duplicaron. La medida contó con el apoyo de los bloques mayoritarios, que adujeron un “fuerte retraso” en sus ingresos y provocó un fuerte descontento social.