Las bajantes de los ríos podrían continuar hasta la segunda mitad del otoño

El río Paraná continúa con su descenso en varios puertos de Entre Ríos, con una bajante histórica que comenzó en marzo del 2020. El impacto de la fuerte sequía no solamente afecta a la actividad productiva, sino que provocó cambios en la vida ambiental, económica y social. Se estima que esta situación podría continuar hasta la segunda mitad del otoño.

El Ing. Juan Borus, Sub Gerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua, explicó que “vivenciamos una variabilidad climática regional que en los últimos años nos ha mostrado cambios bruscos. En este caso parece que no vamos a tener una sorpresa positiva porque continuaremos con lluvias acotadas donde se forma el río Paraná y el río Uruguay. Después de la crecida del 2016 tuvimos algunas situaciones de tendencia descendente pero a partir de junio del 2019, gran parte del continente sudamericano tuvo señales de sequía y en el río Paraná se manifestó fuertemente esa problemática a partir de marzo del 2020. Actualmente los grandes ríos de la cuenca del Plata están en condición de aguas bajas persistentes y la tendencia climática indica que es probable que en gran parte del otoño tengamos la misma situación”.

A su vez, Borus manifestó que “es difícil relacionar la gran persistencia de las sequías con lo que hace el hombre pero, en términos muy conceptuales, diría que lo que el ser humano ha hecho en las últimas décadas tiene su consecuencia. Los cambios de uso del suelo que ha habido en la cuenca del plata tienen una incidencia, porque los extremos climáticos se ven potenciados y cuando tenemos una situación como esta con lluvias escasas, rápidamente se nota el déficit hídrico y rápidamente los ríos responden”.

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