LAR: A 50 años de la llegada de la electrificación rural

La llegada de la electrificación rural a Entre Ríos, a través del impulso invaluable de las cooperativas, ha sido considerado como un hito crucial y significativo en el desarrollo económico y social de toda la región. Su aparición, marcando un antes y un después en la productividad, le dio un empuje clave a sectores que son pilares de crecimiento y que estaban limitados severamente en oportunidades de desarrollo y modernización, como son la agricultura, la ganadería y la industria avícola.

En La Agrícola Regional este tema comenzó a resonar a finales de la década del ’60, bajo la presidencia de Roberto Weiss. En enero de 1969 se iniciaron las tratativas con el gobierno provincial para que la Cooperativa fuera el centro de operaciones del Plan de Electrificación Rural, el cual se inscribía en un programa nacional ya existente, que estaba ya en marcha sobre la base del sistema cooperativo.

En la edición Nº 42 de Periódico LAR, del 21 de febrero de 1969, quedó registrado que en enero de ese año, el Consejo de Administración recibió la visita del subsecretario de Servicios Públicos, ingeniero Mario Pedro Osella; del director provincial de Energía, ingeniero Jorge Luis Ruedas y del intendente municipal de Crespo, Antonio V. Seimandi; a quienes acompañaban el intendente de General Ramírez, Eloy Elsesser; el gerente de la Cooperativa Agrícola “Unión Regional” de la misma localidad, Ángel Savino; el Jefe del Distrito Crespo de Agua y Energía, Pedro S. Lía y el jefe de la Agencia Cooperativa de Extensión Agropecuaria del INTA (Crespo), ingeniero Enrique Mario García. Osella expuso en dicha oportunidad los planes del Gobierno Provincial sobre electrificación rural y los requisitos necesarios para la obtención de los créditos que para tal efecto otorga el Banco de la Nación Argentina, la Dirección General de Energía y el Banco Interamericano de Desarrollo. Destacó que “el plan de electrificación rural ya tiene principio de ejecución en algunos lugares del departamento Paraná, sobre la base del sistema cooperativo, y que en el caso de Crespo las obras deberían encararse con la mediación de La Agrícola Regional, cuya autoridad y prestigio favorecería su realización”.

“Finalizada la visita de los nombrados, que se extendió por espacio de una hora y media, el Consejo de Administración deliberó brevemente al respecto, demostrando mucho interés por la iniciativa y decidió considerar el asunto con toda amplitud en una próxima sesión, hablándose en principio de convocar una asamblea de socios dada la magnitud de las obras que el Gobierno Provincial propone a esta Cooperativa dirigir y administrar”, señala el Periódico LAR en su edición Nº 42, de 1969.

Después de la visita de los funcionarios provinciales, con el objeto de motivar al Consejo de Administración para que promueva el interés de los asociados por la electrificación rural conforme con los planes del gobierno, se realizaron reuniones en aldeas y colonias vecinas a fin de interiorizar a los productores sobre las condiciones del crédito que para dicha obra otorgarían el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco de la Nación Argentina y la Dirección General de Energía. Dentro de estas reuniones, señala Periódico LAR en su edición Nº 43, de marzo de 1969 se destacan los encuentros “llevados a cabo el lunes 10 de marzo en la Escuela Nº33, de Campo Llano, el domingo 23 en la Escuela Nº 57, de Colonia Merou y en la Escuela Nº32 de Isletas; y el domingo 30 en la Aldea San Miguel, contando con una concurrida asistencia, que recibió la iniciativa en un clima de gran entusiasmo, lo que hace suponer que no habrá de desaprovecharse la oportunidad que se brinda al campo de tecnificarse por medio de la electricidad”, expresa el medio escrito por excelencia de la Cooperativa. En estas reuniones estuvieron presentes Seimandi, Ruedas, Lía y el miembro del Consejo para la Promoción de la Comunidad, Carlos Klug. Por parte de LAR, Weiss; el vocal, Ricardo Rubén Heinze; el gerente Juan Federico Schmidt y el director de Periódico LAR, Humberto A. Seri, todos los cuales usaron de la palabra en apoyo de una obra que se considera de gran trascendencia para el desarrollo económico de la zona” señala el medio de comunicación.

El 15 de abril del mismo año se resolvió convocar a Asamblea General Extraordinaria para tratar los puntos siguientes: 1) informe sobre el Plan de Electrificación Rural; 2) consideración y resolución de dicho plan y la forma de llevarlo a cabo; 3) reforma de los Estatutos Sociales.

Dicha asamblea se llevó a cabo el 22 de mayo de 1969 y en ella un grupo de asociados disidentes se opuso a que fuera LAR quien se hiciera cargo del Plan y propuso la formación de una cooperativa independiente con esta finalidad. De esta manera, fracasó la oportunidad de resolver la necesidad que habían manifestado con masiva adhesión los asociados en las reuniones zonales realizadas previamente.

“La Asamblea General Extraordinaria convocada por el Consejo de Administración para informar sobre el Plan de Electrificación Rural y resolver la forma de llevarla a cabo, que debía realizarse el 19 de mayo, fue postergada por decisión de los 112 socios presentes para la segunda fecha prevista, es decir el jueves 22, debido a la lluvia caída en varios lugares donde se suponía que había muchos productores asociados interesados en la obra e impedidos de concurrir. El jueves 22, después de cuatro horas de debatirse el tema específico de la reunión, la asamblea compuesta por 244 socios aprobó por amplia mayoría y solo dos votos en contra la electrificación rural, pero no así que sea LA AGRÍCOLA REGIONAL, quien deba llevarla a cabo. Esta última decisión se definió por 71 votos contra 47, luego de haberse discutido exhaustivamente las razones expresadas por los dos sectores. Predominó así la idea de que la Cooperativa y sus dirigentes ‘no tengan problemas’ con el recargo de tareas que significaría encarar la obra de electrificación rural. Algunos socios manifestaron su oposición a que la Cooperativa realice la obra –no obstante apoyar decididamente la iniciativa– a fin de que ella no exponga su patrimonio ante cualquier falla o imprevisión del plan; y otros recomendaron ser cautos y prudentes.

Pero la llama quedó encendida, especialmente en Rubén Heinze, señalado por el ex presidente, Dionisio Folmer, como: “Uno de los hombres claves en el desarrollo de la electrificación. Un visionario para nuestra época. Él fue el que motivó a todos para hacerlo de la mano de La Agrícola Regional. Fue el que convocó nuevamente a Asamblea Extraordinaria después de que en dos ocasiones eso no se pueda hacer. Rubén Heinze soñaba con que sea LAR el que desarrolle la obra. ‘Lo tiene que hacer La Agrícola Regional, si no, quedará en el olvido’, me decía. Junto al gerente, Juan Federico Schmidt y el gerente comercial, Roberto Jacob, fueron hombres determinantes en esta concreción. Ellos nos entusiasmaron a todos, de la mano de Heinze”, señaló Dionisio Folmer.

Así, en 1970, Heinze propuso la moción de que se aprobara la encuesta realizada por Esin Consultora SA, en la que prácticamente el 100% de los encuestados había estado de acuerdo con tomar el servicio de electrificación rural, por lo que sugirió convocar a una nueva Asamblea General Extraordinaria para resolver si había apoyo o no en cuanto a retomar el tema por cuenta de la Cooperativa. La misma se realizó el 20 de mayo de 1971, aprobándose la iniciación de dicha tarea por mayoría de votos de los asociados presentes.

“El logro de la electrificación rural fue un hito muy importante, fue un desafío que requería de mucho trabajo y fuerte riesgo para la Cooperativa. Al final, el presidente y tres o cuatro consejeros, junto al gerente y el subgerente éramos los que estábamos convencidos de que había que hacerlo sí o sí (…). Fue una patriada, una gran obra de progreso y comodidad para la familia campesina. Me siento orgulloso de haber sido uno de los protagonistas más entusiastas, junto con todo el Consejo de Administración de entonces y los gerentes”. Ricardo Rubén Heinze, Periódico LAR, 1970.

A mediados de 1970, ya con Heinze como presidente, la concreción de este hito histórico comenzó a tomar forma con el decidido impulso que le imprimieron al tema todos los integrantes del Consejo de Administración, el gerente general, Juan Federico Schmidt y el subgerente Pedro Roberto Jacob.

El historiador Mario Wagner, lo describe de forma elocuente: “Aquel Consejo de Administración de LAR no esperó que el tren del progreso pasara, lo abordó con coraje y decisión. La oportunidad de superar el éxodo y desarraigo de la gente de campo hacia la ciudad e impulsar el desarrollo agrario, que se iniciaba en el país con la poderosa herramienta de la energía eléctrica, fue asumida con visión de futuro por nuestros dirigentes de entonces”.

“A partir de la llegada de la electrificación rural, de la mano de las cooperativas, la zona y la provincia en general comenzaban a intensificar su matriz productiva. Este avance trajo consigo una serie de beneficios significativos para Entre Ríos. En primer lugar, permitió la modernización de las actividades agrícolas, ganaderas e industriales en las zonas rurales, al proporcionar acceso a herramientas y tecnologías eléctricas que aumentaron la eficiencia y la productividad. En el caso específico de las industrias avícolas, la llegada de la electricidad posibilitó la implementación de sistemas de iluminación, calefacción y ventilación adecuados, lo que mejoró las condiciones de cría y contribuyó al crecimiento del sector” destacan desde LAR.

“Fue algo con lo que soñamos mucho tiempo. Yo fui campesino y sé lo que significa la energía eléctrica. La electrificación rural era una necesidad para nuestra gente. Y la Cooperativa lo tenía que llevar a cabo para sumar un beneficio para los asociados. Para la avicultura y la producción en general, la electrificación rural ha sido clave. Fue una época donde LAR logró marcar un hito en la historia. Era un momento donde había que tener mucho coraje y templanza para tomar decisiones. Y es gracias a esa gente que siempre estuvo al frente de LAR que se pudo realizar”, señaló Dionisio Folmer.

Además, la electrificación rural también tuvo un impacto positivo en la calidad de vida de los habitantes de las zonas rurales. El acceso a la electricidad permitió la instalación de sistemas de iluminación en los hogares, lo que mejoró las condiciones de vida y seguridad, especialmente durante las horas nocturnas. También facilitó el acceso a servicios básicos como la refrigeración de alimentos, la comunicación y el entretenimiento, lo que contribuyó al bienestar general de la población del campo y evitar el éxodo rural.

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