Lafferriere y Albornoz hablaron sobre “modelo económico”, FMI, agroquímicos y ecología

El economista y docente universitario, Luis Lafferriere y la dirigente del grupo ecologista colectivo “Fabián Tomasi”, Mariángel Albornoz Lafferrara (fonoaudióloga y estudiante de Filosofía), visitaron el “Centro Periodístico de Entre Ríos”, donde dialogaron con el Cont. Fernando A. Huck, director de El Observador y conductor del programa “Grandes Reportajes”, que se emite de martes a viernes, a partir de las 21.30 por Canal 6 ERTV. Hablaron sobre el “modelo económico social”, los proyectos para prohibir el uso de agroquímicos, la sobreexplotación de los recursos naturales, entre otros temas.

– Como economista: ¿cómo ve el rumbo que tiene hoy el país?

– (Lafferriere) Con 43.000.000 de habitantes, teniendo uno de los territorios más ricos que tiene el planeta, un tercio de la población está viviendo en una situación de pobreza. Obviamente hay algo que no anda bien. No puede ser que no podamos garantizar un nivel de vida digno para todos y eso tiene que ver con la característica del modelo económico y social que caracteriza a este último tiempo a Argentina, que es insustentable. Hay una sobreexplotación de los recursos naturales, los que lamentablemente no se van a poder recuperar nunca más. Por ejemplo la minería, la extracción de hidrocarburos, el modelo de producción de transgénicos con uso masivo de agrotóxicos, con lo que se va perdiendo la calidad del suelo. Todo esto, no es exitoso, porque deja a gran parte de la población afuera y además, perdemos los recursos. Este gobierno, en sus políticas, no tiene ningún plan serio desde el punto de vista de las perspectivas de la producción, sino más bien, es una máquina infernal de alimentar capitales especulativos. Dentro de la dinámica que tiene la economía argentina, desde la dictadura en adelante, el negocio para los grandes capitales fue el saqueo permanente. No se puede explicar jamás como este país, está en esta situación, cuando está generando tanta riqueza, pero que la está perdiendo por distintas vías. Eso se llama fuga de capitales y se le exige a la sociedad, hacer un esfuerzo enorme para alimentar esa máquina infernal de especulación. Y como no alcanza, se recurre además al endeudamiento, en el FMI, que es como un salvavidas de plomo. Desde los años ’90, Argentina está firmando tratados, acepta legislaciones y tribunales extranjeros que siempre fallan a favor de las empresas internacionales, porque son las que los controlan. Y en el caso del Fondo Monetario Internacional, es firmar para generar obligaciones no solamente para este gobierno, sino para los futuros, que tienen que aceptar estas condiciones, pero con cuestiones que son imposibles de cumplir. Lo que se plantea dentro de la letra chica del acuerdo es ajuste, que recae sobre sectores que difícilmente ya puedan aceptar más reajustes, como por ejemplo los jubilados, que en un 75%, está cobrando menos de la mitad de la canasta básica.

– Se exige también un esfuerzo extra a las provincias, que vienen con sus complicaciones financieras también…

– (Lafferriere) Las provincias están perdiendo fondos desde los años ‘90 hasta ahora. La Ley de Coparticipación dice: 43% para Nación y el resto para la provincia y no se está cumpliendo. El gobierno de Entre Ríos se hace cargo de los gastos de todos los servicios que recibe el ciudadano común, como educación, salud, seguridad, justicia y sigue perdiendo recursos…

– Como cada año, desde la Facultad de Ciencias de la Educación, llevan adelante el programa “Por una nueva economía, humana y sustentable”, con charlas y encuentros en diferentes ciudades de la región, como la realizada en Crespo (el pasado 24 de julio): ¿Cuáles son los objetivos?

– (Lafferriere) A través de este programa, realizamos numerosas actividades con la comunidad, tratando de sensibilizar a la sociedad sobre las necesidades de cambiar el rumbo que llevamos. En ese sentido, el consenso científico es categórico al señalar que con este modelo actual, marchamos hacia el abismo. Volvemos a lo de la sobreexplotación de los recursos, que son necesarios para la vida, pero nos estamos “comiendo” al planeta. Lo que planteamos es que hay nuevas formas de producir, consumir y vivir. Hay que terminar con aquello de sacar recursos y tirar desechos sin importar cómo ni qué consecuencias generan…

– (Albornoz) Lo que pretendemos hacer es generar cambios, con políticas de estado que impulsen estrategias que sean viables, buscando otras formas de relacionarnos con la naturaleza y entre nosotros. El Estado tiene que acompañar esas transformaciones que son necesarias. Nuestra agrupación hace un año que viene trabajando con diferentes actividades para concientizar y reflexionar acerca de lo que estamos provocando como sociedad. Se denomina (el grupo) “Fabián Tomasi”, en honor a este vecino de Basavilbaso, afectado directo de los agroquímicos. Él era fumigador, pero dejó de hacerlo, porque tomó conciencia de los daños a la salud y a la naturaleza. Y luego, empezó a tener una enfermedad que se fue agravando con el tiempo, que es una polineuropatía tóxica, precisamente por agroquímicos. Es un símbolo de la militancia y de lo que provoca en sí la fumigación con agrotóxicos.

– En el país hay municipios que están aprobando legislaciones para limitar o directamente prohibir el uso de agroquímicos, lo que generó recursos de amparos y acciones de la Justicia Federal y Provincial ¿Qué opinión tienen al respecto?

– (Albornoz) Nosotros estamos militando para que haya una transformación hacia una forma de producción sustentable que contemple la agroecología dentro de las ciudades y después, que sea extensiva a los campos. Hay que producir, pero sin usar agroquímicos…

– Los productores agropecuarios le reclaman a los ecologistas que si no se utilizan esos productos, no habrá cultivos y generará desempleo, pobreza…

– (Albornoz) Hay que entender al productor agropecuario como una víctima también del sistema. Lo único que conocen es lo que se les plantea, como lo adecuado y correcto, de parte de los diferentes sectores que sostienen dicho sistema, pero a contracara de lo que dicen, generan enfermedad y eso está respaldado por información científica. Soy integrante del grupo, pero en el mismo hay profesionales que hablan respecto de lo que pasa con las derivas de las fumigaciones, cómo se traslada a través del viento y del aire y cómo llega a encontrarse hasta en la Antártida. Todo lo que comemos tiene agroquímicos, pesticidas…

– ¿Y cuál sería la solución?

– (Albornoz) Se puede producir de otra manera, ecológicamente. Hay experiencias en Argentina, realizadas por un agrónomo que trabaja mucho en esto, que es Eduardo Cerdá, cuyos estudios muestran con números, lo que rinde y lo que se puede ganar. El Estado se tiene que hacer cargo e impulsar estrategias para dar viabilidad a otra forma de producción, que se puede dar y que es efectiva…

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