La misión de volver a llevar al hombre a la luna

La iniciativa responde a una orden del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hacia la NASA. Hace 45 años fue la última vez que astronautas estadounidenses protagonizaron una misión allí.

Con la firma de su primera directiva sobre política del espacio, el nuevo inquilino de la Casa Blanca ha marcado este lunes a la NASA una estrategia diferente a la que Obama había impulsado en 2010, que excluía la presencia de humanos en la Luna. A partir de ahora, Estados Unidos podrá revivir la hazaña que protagonizaron Neil Armstrong, Edwin Aldrin Jr. y Michael Collins, el 16 de julio de 1969, entonces a bordo del Apolo 11.

Aunque el vicepresidente Mike Pence, encargado de ejecutar la política suscrita por Trump, ya ha advertido que el objetivo ahora “mucho más allá que dejar pisadas y banderas, consiste en que la luna permita sentar las bases para la llegada a Marte y mucho más allá”.

La era Trump se estrena con un profundo cambio para la NASA, que, bajo la tutela de la recién constituida Agencia Nacional del Espacio y el Aire, ha elaborado las últimas semanas un detallado plan de misiones al único satélite natural de la Tierra. De forma que sirva de base estratégica para alcanzar el objetivo principal, que es alcanzar el planeta rojo.

El Congreso se dispone ahora a aprobar una ley que permitirá a la NASA desarrollar los primeros “trabajos de exploración del terreno”, después de que el pasado marzo diera salida a la primera autorización. La iniciativa legislativa fijaba el año 2033 como fecha para la primera misión humana a Marte, pero es la que agencia espacial la que debe cuantificar finalmente los objetivos, de acuerdo con los nuevos criterios, supo ABC.

 

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