Un material que se ha adueñado del mercado de los muebles, closets y cocinas en todas partes del mundo, ha sido la melamina, este material hecho a base de residuos de caña de azúcar y otros materiales, puede ser moldeado en distintas formas y tamaños, el cual junto con la fórmica, te permitirá construir los muebles de tus sueños con los acabados más exquisitos del mercado. Hoy hablaremos sobre cómo aprovechar este material y un poco sobre su mantenimiento.

Usos y secretos de la melamina

Como este material está hecho de restos de material organico, si no se le da un debido mantenimiento, este puede llegar a dañar e inclusive se puede perder toda la estructura que se ha construido.

Al igual que la melamina, la formica es una lámina que va colocada sobre la melamina y esta le da el acabado deseado al mueble o estructura que se va a construir. Debido a la proactividad y maleabilidad del material, puedes construir tus muebles de cualquier forma y tamaño dándole el acabado que tu desees al igual que el color y el relieve, el cual puede ser liso, rústico, rugoso, áspero, entre otros.

Otro aspecto o punto importante para el uso de este material es su precio, el cual es mucho más bajo que utilizar madera tratada como la caoba o el cedro, y puedes darle a tus muebles esa textura como si se tratase de un hotel de lujo o una mansión lujosa y exclusiva. Si decides construir tu cocina o tu closet, es importante que sepas cómo realizar un adecuado mantenimiento si no deseas pagar a empresas especializadas.

Lo primero que debes evitar que caiga sobre este material es agua, por más sellado que se encuentre la lamina, el agua consigue filtrarse por cualquier agujero microscópico y podría dañar el material en poco tiempo, esto debido a que la melamina tiende a absorber el agua como si de una esponja se tratara. El agua es el principal enemigo de la melamina, lo primero es tratar el material con mucho cuidado, porque al igual que la madera, este tiende a rajarse o astillarse, formando quiñes en la superficie y perdiendo su fino acabado. el único material recomendable para limpiar la superficie es el thinner o disolvente industrial, este no daña la melamina de manera segura, y evita la formación de hongos que poco a poco dañan tanto la formica como el material en si.

De vez en cuando, es bueno pasar un trapo medio húmedo con thinner para la limpieza del mueble y si tienes cajones, al menos una vez por semana abrirlos unas horas será buena idea, para evitar la formación de moho, el cual puede llegar a dañar la superficie del mismo.