La historia de Gael: Le detectaron hipoacusia conductiva y pudo recuperar la audición

Gael tiene 5 años y su familia es de Villaguay. En sus primeros años de su vida, le detectaron hipoacusia conductiva, pero después de mucho trabajo en conjunto con profesionales, pudo dejar sus audífonos y recuperar la audición.

La fonoaudióloga que lo ayudó en el tratamiento, Ángela Rodríguez, dialogó con Canal 6 ERTV y contó la historia de Gael. Explicó que “su madre a partir del año y medio empezó a darse cuenta de que el niño no respondía, no escuchaba o no prestaba atención cuando se lo llamaba. Comenzó con las visitas al pediatra, quien desgraciadamente le dijo que no pasaba nada y que hasta los 5 años tenía tiempo de esperar, un error muy grande. Esta mamá, con el nacimiento de su segunda hija, fue a la fonoaudióloga para hacer estudios y consultó por su niño más grande. Cuando la profesional ve que no hablaba teniendo casi 2 años y medio, le hizo un tratamiento rápido y como no vio avances, lo derivó al neurólogo. Éste pidió una consulta con el otorrinolaringólogo y con una fonoaudióloga, que fui yo”.

“Entre los estudios, se le realizó uno que es un potencial auditivo evocado que se hace bajo sueño para determinar si realmente era hipoacúsico o no, el cual determinó que sí era una hipoacusia conductiva, lo que quiere decir que había un bloqueo en el oído medio. En el caso de Gael, lo detectamos cuando ya tenía tres años y decidimos además hacer otros estudios como una audiometría por juego y una timpanometría para ver cómo estaba el oído medio que necesitaba un apoyo que eran audífonos. Lo equipamos con la idea de que sea solamente 3 o 6 meses, porque la idea era operarlo para sacarle adenoides, amígdalas y poder ponerle unos apartitos, pero por la pandemia no lo pudimos hacer. Gracias a Dios le pusimos los audífonos y estuvo 3 años con estos, logrando que se estimulara la cóclea y que el niño comenzara a hablar”.

La fonoaudióloga concluyó la experiencia de Gael y dijo que “hace 4 meses que se operó y sacamos aquel bloqueo que no le permitía oír. A partir de entonces, los estudios que venían desde 60 decibeles, fueron disminuyendo a 40, 30 y el último que hicimos hace un mes llegó a 15 decibeles… en ese momento le pudimos sacar los audífonos y llegamos a un final feliz”.

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