La escena porteña, maravillada con el seguiense Carlos Aguirre

El “Negro” Carlos Aguirre, oriundo de Seguí, pasó un fin de semana en Buenos Aires. Tres noches en el Café “Vinilo”. Sólo con su piano, el músico entrerriano recibió en Gorriti 3780 la silenciosa admiración de un público en la escena porteña, como se espera a los grandes maestros.

En la previa a los tres shows de Aguirre, el diario La Nación le dedicó un anuncio pleno de descripciones  maravilladas. “El piano zen de Paraná”, se tituló la nota que definió al artista como “un caso singular en el mapa de la música argentina”.

“Hace 30 años que se destaca como uno de los mejores pianistas del país. Aunque su labor solista como compositor y arreglador de piezas folklóricas lo transformó en un faro musical de su generación. Aguirre creó un universo sonoro con la cadencia del Paraná como señal de identidad y un rasgo universal en diálogo con otras músicas del continente, el jazz y la música de cámara”.

En Clarín tampoco pasó inadvertida la visita del músico a Buenos Aires. “Carlos ´Negro’ Aguirre: A contramano de las fórmulas”, tituló su nota el diario porteño y anunció que “el músico, que hoy inicia un ciclo de piano solo en Café ‘Vinilo’, habla de su búsqueda creativa permanente”. “Cuando escucho que definen a un músico y lo ubican estilísticamente no me parece una virtud, sino que refleja una cristalización. Sin embargo, es fuerte esto que digo, porque tampoco yo tengo la certeza de que no me esté repitiendo”, decía Aguirre.

Carlos Aguirre, en la nota, refiere a los atardeceres de Bajada Grande. El “Negro” vive a pocos metros del río, en una casa como cualquiera de las que integran el barrio, en zona de pescadores, al pié de la barranca precipitada. Por allí, sin que casi nadie se entere, pasan decenas de músicos a tocar o charlar con Aguirre, llegan aspirantes a mostrar sus obras y consagrados a compartirlas.

 “Sus canciones tienen la delicadeza, la complejidad artesanal y la filosofía meditativa de un pájaro hecho en origami. Así es la música del Negro Aguirre”, decía, inspirado Gabriel Plaza, para La Nación.