La Cámara del Libro, preocupada por un año que ve sombrío

“El libro que se manda a hacer a un tercer país perjudica a la industria y puede llegar a generar desinversión y desocupación”, admitió Luis Quevedo, uno de los vicepresidentes de la Cámara Argentina del Libro (CAL), al presentar el informe anual de producción de libros en nuestro país, que augura un año con preocupaciones.

 

Desde el levantamiento del cepo al dólar, hace tres meses, admitió, se registró un aumento del 40% de las importaciones y una caída del 5% en las exportaciones. Además, hasta ahora, el Estado nacional no habría adquirido libros como venía haciendo en los últimos años.

 

Extraoficialmente, se estima que las ventas en librerías tuvieron un descenso del 10% en este primer trimestre. A ese panorama sombrío hay que sumarle la reacomodación de costos que sufrió el sector con la liberación del dólar.

 

“Quisiéramos exportar más e importar mucho menos, pero eso necesita de políticas del sector público que nos acompañen”, argumentó Quevedo al admitir que la institución lleva cinco años de gestiones ante el Estado para que pueda aplicarse a esta industria el sistema Exporta Fácil (simplificaciones en la tramitación aduanera, entre otras cuestiones) que le ha permitido a Brasil, por ejemplo, vender más, consignó La Nación.