Ingenieros del INTA explicaron sobre “Terrazas agrícolas”, agroquímicos, plagas y “cambio climático”

Estuvieron esta semana en el Centro Periodístico de Entre Ríos, los ingenieros agrónomos Leonardo Novelli, Carolina Gregorutti, Paola Eclesia y Jorge Gvozdenovich, profesionales del INTA Paraná, quienes pen diálogo con El Observador, hablaron entre otros temas, del cuidado del suelo, aplicaciones de fitosanitarios, ataques de aves plagas a cultivos y los efectos que está generando el “cambio climático”.

– ¿Preocupa mucho la degradación de los suelos en ER y el país?

– (Gvozdenovich) Hace casi 50 años que el INTA Paraná empezó a investigar la tecnología de las terrazas, que son los montículos de tierra que se ven en el campo, que controlan la erosión hídrica o ayudan a frenarla y que permiten que el agua quede en el campo. Somos la provincia que más terrazas tiene en el país, con más de 600.000 has. Se avanzó, pero falta 1.000.000 de has. más por sistematizar. Es una tecnología que salió desde el INTA Paraná y que se extendió por otras provincias. El productor sabe que funciona y también sabe que con un campo sistematizado, empieza a poner el foco en otras cuestiones, como la rotación de cultivos por ejemplo.

– (Eclesia) Integro el Área de Recursos Naturales y Producción. Particularmente trabajo en los “Cultivos de Servicio”, que son los comúnmente llamados de cobertura. Hay varios como la vicia, triticales, avena, que se usó siempre para el ganado, que lo que hace es permanecer durante el invierno y cubrir el suelo para que no quede “desnudo” y a expensas de los efectos de la lluvia.

Trabajamos con los productores y hacemos ensayos en el campo de los mismos, como un intercambio continuo.

– ¿Qué opina el INTA sobre los agroquímicos en Entre Ríos, donde hay pujas judiciales por las distancias y otras cuestiones?

– (Gvozdenovich) Son productos químicos que mal usados, generan algún daño. El INTA en ese sentido, tiene un grupo que trabaja en agroecología dentro de la Experimental, con diferentes investigaciones. Se necesita pasar un proceso, para llegar a la aplicación casi “0” de esos productos, pero que sea rentable para el productor. Se está estudiando, pero los resultados no van a ser de un año para el otro. Hay una transición por delante. No sería muy lógico tampoco, no darle respuesta a un productor. Se está investigando, pero son trabajos que llevan meses. 

– (Novelli) Lo que sí vemos también, es que la sociedad se está movilizando en estas cuestiones, para que con el tiempo vaya bajando la cantidad de aplicaciones.

– ¿Entre Ríos sufre el cambio climático?

– (Gvozdenovich) Vemos que llueve lo mismo en volumen, pero distribuido de distinta manera, por lo que tenemos un año seco y al siguiente uno muy húmedo. Los picos se hicieron más altos y la sequía es más extrema. Aumentó también la cantidad de eventos de alta intensidad.

– ¿Falta más rotación de cultivos?

– (Gregorutti) El tipo de rotación beneficia o mejora la calidad del suelo, que sabemos, es una gran masa viva de micro organismos. El grano de los cultivos se extrae y el residuo queda en el suelo, se va degradando y ese es el alimento para los micro-organismos que lo van a descomponer y van a liberar nutrientes para el próximo cultivo. Lo que buscamos ver es cuál es la mejor rotación a nivel de sistema que favorezca que ese suelo esté vivo…

– ¿Por qué se va cambiando la fecha óptima de siembra?

– (Gvozdenovich) A veces, para una determinada zona, conviene sembrar en tal fecha por la radiación, promedios de lluvias, todas esas recomendaciones que ahora las vemos como normales, salieron de ensayos y estudios del INTA. Por ejemplo, el maíz, es conveniente sembrarlo en septiembre. En INTA hubo técnicos que probaron implantarlo en agosto, en diciembre y hasta en enero y fueron evaluando cómo ha avanzado. Es normal sembrar el trigo en junio, porque hubo investigaciones que hicieron ensayos de ese cultivo en otras fechas. 

– Un tema que alarma es el avance de las aves plagas…
– (Gvozdenovich) Sí, se ha culpado a la paloma por la disminución de la superficie del girasol en Entre Ríos. Hace 15 años atrás teníamos 7.000 has y esa cantidad fue bajando. Cuando nace el girasol, la paloma se come la planta, pero no es nuestro exclusivamente este problema, es casi global, porque no hay forma de combatirlo…

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