India despenalizó la homosexualidad

Las calles de las principales ciudades indias se llenaron ayer de abrazos, lágrimas y sonrisas envueltas en banderas arcoíris. El Tribunal Supremo del país asiático tomó una decisión histórica: despenalizar las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, un lastre colonial “irracional, indefendible y manifiestamente arbitrario”.

El veredicto se esperaba desde hace meses. Cinco jueces del alto tribunal, liderados por el magistrado Dipak Misra, resolvieron por unanimidad que las relaciones homosexuales consensuadas entre adultos no son “contra natura”, tal como establece el apartado 377 del Código Penal indio, una “terrible herencia” del Imperio Británico. La sala decidió anular el polémico artículo y tumbar una sentencia de 2013, del mismo tribunal, que mantenía viva esa norma.

“Tenemos que vencer los prejuicios, abrazar la inclusión y garantizar la igualdad de derechos”, dijo el presidente del tribunal al leer el fallo. “Cualquier discriminación que se base en la orientación sexual es una violación de los derechos fundamentales”. Los jueces remarcaron con rotundidad que cualquier orientación sexual es natural y que de ningún modo la homosexualidad puede entenderse como un desorden mental.

En ciudades como Delhi, Bombay o Bangalore, centenares de miembros de la comunidad LGTB, familiares y activistas se concentraron ayer en las calles o a las puertas de los tribunales para celebrar una victoria histórica que inició la vía legal en 1994, sin éxito entonces. El primer rayo de esperanza llegó en 2009, después de que el tribunal superior de Delhi despenalizara las relaciones homosexuales, pero la oscuridad sólo tardó cuatro años en regresar, cuando el Tribunal Supremo anuló esa orden. Tras aquel mazazo, activistas LGTB y grupos de derechos humanos instaron al alto tribunal a que reconsiderase su decisión. La respuesta ha llegado ahora.

“Finalmente obtuvimos justicia”, dijo Ashok Kavi, fundador del grupo LGTB Humsafar Trust, que entiende que “el verdadero trabajo empieza ahora”. “La decisión del tribunal es verdaderamente histórica. Dice que la comunidad LGTB también disfrutará de los derechos que otorga la Constitución de la India. Es un día para celebrar. Hemos ganado una batalla legal, pero en la sociedad todavía tenemos que obtener la victoria”, añadió el activista Anikt Gupta.

El apartado 377 del Código Penal fue incluido por las autoridades británicas en 1861. En el artículo se recogía que el sexo anal y oral eran prácticas “contra natura”, ya fuera entre hombres o mujeres, en relaciones homosexuales o heterosexuales. Aunque se contemplaban penas de prisión, en todo este tiempo las condenas han sido minoritarias.

Sin embargo, su mera existencia servía para amedrentar a un colectivo discriminado. India, como segundo país más poblado del mundo, tiene una de las mayores comunidades LGTB, pero ésta se enfrenta a un extendido rechazo social, al ostracismo en el entorno más cercano, a la violencia de los más intolerantes y al abuso de las autoridades. Los jueces reconocieron ayer que el 377 estaba siendo utilizado “como un arma para acosar a los miembros de la comunidad LGTB”. El grupo Humsafar Trust ha documentado decenas de casos recientes en los que gays y lesbianas eran chantajeados por policías o empleadores que les amenazaban con denunciarles por su orientación sexual.

El juez del Tribunal Supremo D. Y. Chandrachud defendió la sentencia asegurando que no sólo se trata de despenalizar un delito, sino de igualar los derechos constitucionales de todos los ciudadanos. “Negarle a la comunidad LGTB su derecho a la orientación sexual es negar su ciudadanía y violar su privacidad. No pueden ser empujados a la oscuridad por una legislación colonial opresiva” (El País).

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