Impactantes declaraciones de un bombero que brindó asistencia en la trágica explosión de Rosario

explosionEl jefe de los bomberos voluntarios de Paraná, Jorge Vallejos, visitó esta semana en Crespo, el Centro Radial, Televisivo y Periodístico de Entre Ríos, donde en diálogo con El Observador, comentó sobre la titánica tarea que tuvieron que desarrollar en Rosario durante más de una semana, tras la explosión de un edificio, que dejó 21 muertos y 70 personas heridas.

Los socorristas paranaenses y su brigada canina tuvieron una elogiable labor para rescatar a las víctimas, siendo reconocido su trabajo por las fuerzas de seguridad a nivel nacional.

“Nadie nos avisó, vimos en televisión lo que había pasado y no dudamos en acudir a brindar nuestra ayuda” expresó Vallejos, quien señaló que “al llegar nos pusimos en contacto con personal del Cuerpo de Bomberos Zapadores de Rosario y le presentamos a nuestra Brigada Canina. La primera impresión que tuvimos, fue ver edificios quemados y destruidos, otro al que le faltaban los vidrios de las ventanas y uno que había quedado reducido a escombros. Fue ahí donde nos dimos cuenta que nuestros perros podían ser muy útiles, porque están muy bien entrenados y con su trabajo demostraron, desde el primer día, que son los mejores del país, superando incluso a los de otras fuerzas”.

Vallejos remarcó que “las esperanzas de las familias de los desaparecidos, lógicamente era encontrarlos con vida, pero cuando se caen 10 pisos y queda una montaña de 6 metros de escombros, se supone que las posibilidades son mínimas. ‘Luna’, que es una cachorra que tenemos en el cuartel, cumplió un gran trabajo en medio de este terrible momento, marcó con exactitud, escarbando en los escombros, donde estaban los cuerpos”.

Sobre los momentos de zozobra que se vivieron tras la explosión, el bombero señaló que “estamos acostumbrados a asistir a accidentes, incendios, en este caso, los parientes de las víctimas empezaron a rodear a los vehículos de los bomberos, esperando por novedades… Mis muchachos no durmieron desde el martes 6 hasta el martes 13 a la madrugada, no se dejaron ganar por el sueño o por el cansancio. Estábamos rodeados de gente que buscaba a sus hijos, a sus padres, por lo que no daban ganas de parar, queríamos encontrar a esas personas y hubo cosas que hasta hoy nos hacen llorar. Un abogado, muy joven, estuvo parado desde el primer momento, de noche y de día viendo el edificio, en un momento le llevé un sillón y me dijo que estaba buscando a su hermana de 20 años. A los 2 ó 3 días, la encontraron fallecida, este muchacho muy acongojado, se fue al velatorio y sepultura de la joven y al otro día, de madrugada, regresó y se ofreció a ayudar a nuestros bomberos. Cuando yo llego al edificio, me dio un abrazo y me agradeció por todo lo que hicimos… Queríamos sacar gente viva y si bien era difícil, teníamos esa esperanza, ya que se sacó un gato con vida, una jaula con un canario y una pecera rota, donde 2 pececitos se mantuvieron nadando en un charquito que les quedaba… Eso nos alentó a que podíamos encontrar gente viva, pero no se pudo. Dejamos todo, fue una semana muy dura y por lo menos rescatamos a las víctimas para que tuvieran su cristiana sepultura”.

Sobre la tarea bomberil, Vallejos fue claro en sus conceptos: “Nosotros no trabajamos por el dinero sino para salvar vidas. Mi personal estuvo muchas horas corriendo riesgo, sentían vibraciones en la parte de arriba de los edificios, por lo que en cualquier momento podía darse un nuevo derrumbe. Esos muchachos tienen sus hijos, sus esposas, sus padres y no dudan en exponerse para ayudar al prójimo. El que ama esta tarea, hasta cuando sea un ancianito, cada vez que suene la sirena, va a querer subirse al camión y estar al lado de quien lo necesite”.