Iglesias habilitadas para celebrar misas y cultos con 50% de capacidad en templos. Opiniones del P. Rubén Schmidt

Desde la llegada de la pandemia, en marzo de 2020, los protocolos sanitarios fueron estableciendo diversas restricciones a las celebraciones religiosas, como a otras actividades sociales en la provincia y el país. En las primeras semanas, no se permitió el ingreso de fieles, por lo que las misas y cultos, se transmitieron por las redes sociales, herramienta que aún se mantiene vigente. Con el pasar de los meses, en Crespo se fueron habilitando las ceremonias con un máximo de 10 personas, número que paulatinamente se fue incrementando. Según la última disposición gubernamental, hoy se puede ocupar hasta un 50% de la capacidad de los templos.

Al respecto, el Padre Rubén Schmidt (Parroquia del Rosario) expresó que “ante esta situación, aliento a las personas que no lo han hecho todavía, a que vuelvan a la casa de Dios, a juntarnos como familia, a congregarnos para pedirle al Señor por todo esto que está pasando. El hombre, por más importante cargo que ocupe, tiene un poder muy limitado: no puede hacer llover, no puede hacer salir el sol, sino que todo es poder de Dios. A la naturaleza le ha dado un orden, pero cuando el hombre la desordena, la misma naturaleza produce su venganza. Son cosas que no podemos atribuirle a Dios, sino que el hombre, no ha sido un buen administrador de los dones que Él les ha dado”.

 ORARON POR ENFERMOS Y FALLECIDOS POR COVID

La “Conferencia Episcopal Argentina” convocó a todas las parroquias, para el viernes 23 de julio, a participar, cada uno en su localidad, de la “Jornada Nacional de Oración por los fallecidos a causa de la pandemia de coronavirus en el país”. El domingo 25 en tanto, se concretó la “1ª Jornada Mundial de Oración por los abuelos y las personas mayores”, propiciada por el Papa Francisco, que se celebrará cada año, el cuarto domingo de julio, en la cercanía a la fiesta de los santos Joaquín y Ana, abuelos de Jesús.

El Padre Schmidt comentó que la institución que dirige, se adhirió a ambas convocatorias y remarcó que “todos los días pedimos por el fin de la pandemia, por los enfermos y difuntos, por la familia y personal de salud, pero la del 23/7, fue una jornada especial, donde en todas las Iglesias de Argentina rezamos por los enfermos de Covid, por los familiares que sufrieron la pérdida de sus seres queridos, por los médicos, enfermeros y demás personal de Salud. Ya superamos los 100.000 muertos en el país con esta pandemia. Estamos llenos de incertidumbre, con mucha gente triste, angustiada y más que nunca, se necesita de la oración. Algunos creen que Dios se ha olvidado de nosotros, que no nos escucha, pero es el hombre que se alejó de él, que se acuerda de Dios, solamente cuando lo necesita. Para los que tenemos fe, la oración es muy poderosa. Hay una frase muy linda de ‘San Agustín’ que dice: “Una flor se marchita, una lágrima se seca, pero la oración llega hasta el trono de Dios”. No están mal las lágrimas, porque uno necesita desahogarse; la flor es buena, pero se desvanece con el tiempo, en cambio la oración es fuerte, se mantiene viva y operante”.

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