Huevos como alternativa de proteína para la alimentación animal y para combatir enfermedades

El INTA desarrolló huevos para combatir ciertas enfermedades que afectan a los animales de importancia productiva y a través de una empresa público-privada, buscará acercar esas innovaciones a los productores.

La clave de esta tecnología se encuentra justamente en el corazón del huevo, las inmunoglobulinas presentes en la yema (IgY) que se diseñan productos para prevenir y tratar distintos problemas sanitarios.

Según explicó la responsable del Laboratorio de Virus Diarreicos del INTA, Viviana Parreño, “se inmunizó una gallina contra un virus en especial, lo que generó una respuesta inmune que fue transferida a los huevos, cuyos anticuerpos ahora se encuentran enriquecidos contra ese agente”. Estos productos pueden utilizarse fluidos o en polvo como suplemento de la dieta del animal.

Este emprendimiento se logró gracias a la trayectoria de más de 10 años que tiene el INTA en este tema y que comenzó gracias a la interacción de investigadores de la institución con especialistas de la Universidad de Humboldt (Berlín).

Para comprobar su eficacia sobre el rotavirus bovino grupo A (RVA), que ocasiona una enfermedad considerada como la principal causa de diarrea neonatal en Argentina, los investigadores alimentaron grupos de terneros recién nacidos con leche suplementada con diferentes dosis de IgY contra el virus. La administración de esta leche logró proteger al 80% de los animales infectados con RVA tratados contra diarrea, mientras que los demás sufrieron una reducción en su severidad y excreción viral. Por otro lado, los investigadores observaron que la administración de yema de huevo generó un efecto inmunomodulador positivo que potenció la respuesta inmune de la mucosa intestinal de los animales tratados.

La investigación, publicada en la revista “Veterinary immunology and immunopathology”, afirma que la “yema de huevo puede ser una potencial herramienta contra la infección por rotavirus bovino, cuando es administrada diariamente e inmediatamente luego del nacimiento, cuando la incidencia de ese virus es mayor”.

A su vez, las IgY también fueron testeadas para el diseño de productos para la industria avícola. Según el especialista Pablo Chacana (INTA) “ese sector productivo demanda constantemente nuevas estrategias y productos alternativos a los que tradicionalmente se utilizan para el control de enfermedades y patógenos de las aves, especialmente para sustituir el uso de antibióticos, cuya aplicación se encuentra actualmente restringida debido a la aparición de resistencia bacteriana”.

Actualmente, el INTA desarrolla aditivos alimentarios para el control de Salmonella, uno de los patógenos de las aves con mayor importancia en la salud pública y que tiene implicancias en el comercio internacional. Chacana explicó que “este producto tiene como objetivo no sólo controlar a esta bacteria para mejorar la sanidad de las aves, sino disminuir la contaminación de los alimentos que luego consumirá la población”. Así, luego de los ensayos llevados a cabo en pollos de consumo infectados experimentalmente con Salmonella, se comprobó que la administración de este producto logró la disminución de la excreción de la bacteria. A su vez, los investigadores desarrollan productos para el control de otros patógenos que representan un alto impacto económico para la producción avícola.

El responsable de la plataforma técnico-organizativa para el desarrollo de proyectos tecnológicos del INTA (INCUINTA), Andrés Wigdorovitz, afirmó que “el desarrollo de productos basados en anticuerpos de la yema de huevo son una alternativa innovadora que puede tener un alto impacto y fácil incorporación en el mercado”.

Más allá de ser una excelente fuente de Inmunoglobulinas para combatir enfermedades animales y ser económicos, los huevos presentan otros beneficios que los hacen ideales para ser incorporados en la dieta bovina.

Según publicaron los investigadores del INTA y de la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos), el huevo líquido presenta 55 por ciento de proteínas, 40 de grasa y son una fuente valiosa de hierro, fósforo, minerales y vitaminas.

“Por este motivo, los huevos fueron estudiados como una fuente alternativa de proteína para la alimentación animal con resultados promisorios”, explicaron en el trabajo conducido por Celina Vega del INTA Castelar. Cuando es incorporado a la dieta del bovino, la tasa de crecimiento del ternero aumenta o es similar a la obtenida con leche sin suplementar.

“Suplementamos la leche de un recién nacido con un 6,25 por ciento de yema de huevo con IgY, lo que resultó en un incremento significativo de la masa corporal comparado con terneros que se habían alimentado sólo con leche”, sostuvieron.

 

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