Hombre y mascota, compañía mutua con lenguaje propio

El lunes 29 de abril se celebrará el Día del Animal, en homenaje al Dr. Ignacio Lucas Albarracín, un incansable luchador sanjuanino por los derechos de esta especie. Su fallecimiento se produjo en esa fecha en 1926 y la Sociedad Protectora de Animales propuso que se la eligiera para recordar su trabajo y conmemorar a la especie más cercana al reino humano. Albarracín promocionó la sanción de la primera ley de protección de animales, promulgada el 25 de junio de 1891. Desde entonces ya se establecía legalmente la obligatoriedad a darles un buen trato y se impedía su caza en épocas inapropiadas.

Principalmente las mascotas son las que reciben especial atención en esta fecha, aunque debería serlo diariamente. Muchos animales forman parte de la historia de los pueblos o han trascendido a lo largo de las décadas por su participación en la vida de personas importantes para la humanidad. Por citar algunos ejemplos, aún hoy causa asombro y admiración recordar a la loba que alimentó a Rómulo y Remo. Y cómo no valorar la fidelidad canina, así como los casos de perros heróicos: San Bernardo, Terranova y otros que han salvado vidas. Otros animales han sido la delicia de grandes y chicos con su protagonismo en el cine y la televisión, como Lassie, Beethoven, y tantos otros; así como los personajes de dibujos animados como Pluto, Kitty, Donald, Mickey, y en grandes obras de la literatura universal, como el caso de Platero, al que, en 1966 se acordó en España erigir un monumento, una escultura en piedra que se colocaría junto al pino bajo el que está enterrado el burrito que inspiró a Juan Ramón Jiménez; o la tortuga Manuelita, protagonista de la poesía-canción de María Elena Walsh…

San Francisco de Asís, patrono de los animales, los llamaba “hermanos” y recordaba que éstos fueron creados por Dios antes que los hombres. Pero por el sólo hecho de ser un ser vivo, merece el mayor de los respetos. Todo animal tiene derecho a vivir libre en su propio ambiente natural, ya sea terrestre, aéreo o acuático. Más allá de que el hombre lo haya escogido como compañero de vida, el animal tiene derecho a que la duración de la suya sea conforme a su longevidad natural, ni más ni menos. Si por sus condiciones innatas puede hacer un trabajo, éste debe ser en las medidas de sus posibilidades, por un período de tiempo breve y contando con las suficientes horas para recuperarse. Asimismo, debe recibir una alimentación nutritiva y las consultas con el veterinario tendrán que ser más rutinarias que las de otro ejemplar de su misma especie que lleve vida sedentaria.

Los derechos del animal son defendidos por ley en cada país y cada año se aprovecha esta fecha para recordarlos y fomentar su cumplimiento. Entre los más importantes, cabe destacar el derecho al respeto por su especie y su vida. A ser atendidos y recibir los cuidados del hombre cada vez que los necesite, como así también la ayuda profesional llegado el caso. Ningún animal debe ser sometido a malos tratos ni a actos crueles y si un veterinario extrema sus acciones sin resultado y la muerte del animal es indefectible, ésta debe ser instantánea, indolora y no generadora de angustia. Las especies salvajes tienen derecho a vivir libremente en su propio hábitat y ninguna puede sufrir privación de la libertad. La experimentación animal que implique un sufrimiento físico o psicológico es incompatible con sus derechos, tanto si se trata de experimentos médicos, científicos, comerciales, como de otra forma de experimentación. Cuando un animal es criado para reproducción, la alimentación debe ser nutrida y cuando llega la hora de ser sacrificado, ello no debe generarle ansiedad o dolor. Las exhibiciones de animales y los espectáculos que se sirvan de animales son incompatibles con la dignidad del animal. Las escenas fílmicas de violencia, en las cuales son víctimas, deben ser prohibidas tanto en el cine como en la televisión, salvo si ellas tienen como fin dar muestra de los atentados contra los derechos del animal y repudian dichos actos.