Historias y reflexiones sobre Pancho Ramírez, en el mes del aniversario de su muerte (Parte 1)

“Cuando me desempeñaba como diputado nacional, los miércoles junto a algunos colaboradores, almorzábamos en el comedor de la Cámara Baja. Aquel día nos asistía el compañero, historiador, orgullo de los entrerrianos y mejor persona, Don Fermín Chaves. Era habitual que en la charla prevalecieran la historia argentina y la entrerriana (ésta, su vocación, estudio y pasión) que encontraba gran receptividad. Allí aprendíamos y cambiábamos opiniones, a veces coincidentes y enriquecidas por su sapiencia y otras contrapuestas.

Una de aquellas refería al comportamiento de Francisco Ramírez, luego de la Batalla de Cepeda (01/02/1820), para con su antiguo amigo y jefe de la Provincia Oriental, José Gervasio Artigas. Aquí no coincidíamos. Pues Fermín indicaba un comportamiento desleal de Ramírez y yo cargaba la desconfianza hacía Artigas. En realidad, estamos frente a dos patriotas comprometidos y “jugados” por la Causa Federal; uno con el corazón, con los pies y con la mente puestos en la Provincia Oriental y el otro en el territorio de Entre Ríos.

Por el decreto de Gervasio Antonio de Posadas (18/08/1814) se crearon las provincias de Entre Ríos y Corrientes, separándolas de la intendencia de Buenos Aires y en su Artículo 4 (19/08/1814) se designó capital de Entre Ríos a la villa de Concepción del Uruguay y a Corrientes de la provincia homónima. Lo curioso es que los límites de Entre Ríos al norte -en el mencionado decreto-, fueron los mismos que seis años después Francisco Ramírez les da a los departamentos de Bajada del Paraná (Comandancia de la Bajada) y de Concepción del Uruguay (Comandancia del Arroyo de la China), a su Republica de Entre Ríos (éste, motivo de análisis en otra circunstancia). Entonces los límites de Entre Ríos y Corrientes para el decreto de creación eran el río Corrientes… “… en su confluencia con aquel, hasta la del arroyo Aguarachay y este mismo arroyo con el Curuzú-Cuatia, hasta su confluencia con el Miriñay, en las inmediaciones del Uruguay…” (Art. 1 del mencionado decreto). Esto la hacía, a Entre Ríos, igual y distinta a la vez a las otras provincias, pero sin una ciudad predominante y menos con un cabildo prestigioso.

DIFERENCIAS CON ARTIGAS

Todo lo que hacía José Artigas era en función de su provincia y alcanzaba a tareas administrativas, estrategias, alianzas políticas, apoyos militares, misiones, etc., vinculándola siempre a la causa federal. Y todo lo que hacía Francisco Ramírez era en función de su provincia-territorio y teniendo como norte también la causa federal.

Parafraseando con Ortega (José Ortega y Gasset conferencia en La Plata 1939 “Meditación del Pueblo joven’), y procurando hacer un análisis imparcial de los hechos, qué es lo que le reclama Artigas a Ramírez: Primero, haber hablado y acordado con Belgrano sin su autorización, igualando su enojo, al que Ramírez tuvo con López (Armisticio de San Lorenzo 12/04/1819), Segundo: Haber detenido fusiles que iban con destino a Corrientes. Tercero: No hacer declarar la guerra a los portugueses. Cuarto: le reclama por su ingratitud, usurpación y desagradecimiento. Lo cierto es que cuando se firma El Pilar (Tratado, 23 de febrero de 1820), Ramírez no sabe que Artigas sufrió un desastre total de la batalla de Tacuarembó (22 de Enero de 1820). Tampoco sabe que su principal subordinado, Fructuoso Rivera “el Pardejón”, fundador del Partido Colorado en la ROU se pasó a los portugueses. Más aún desconoce Ramírez que los portugueses han ocupado las Misiones y el Este de Corrientes, también desconoce Ramírez sobre el ataque a C.  del Uruguay.

Qué es lo que contesta, explica y reclama Ramírez: Primero: Su ingratitud, el abandono de la provincia Oriental a los portugueses y lo innecesario de estar en Entre Ríos, provincia amiga que lo recibe y protege. Segundo: Le explica las convulsiones en Buenos Aires y la falta de una jefatura en la misma, (tuvo que ir nuevamente a sostener a Sarratea, del motín de Balcarce, por intrigas de los directoriales) y consecuentemente la imposibilidad de armar un Ejército. Allí existe una frase propia de un avezado político cuando afirma que, en Pilar, “se firmó lo posible, … la perfección… política es obra del tiempo, de la fuerza y del convencimiento”. Le explica también, que al iniciar las operaciones (que tienen su punto más alto en Cepeda, el 1 de febrero de 1820) comunicó a las provincias y dio las razones, sobre la complicidad de Buenos Aires con la corte de Brasil y la casa de Braganza y la amenaza a la libertad que esto suponía. En el mes de diciembre de 1819, Artigas había exigido al Congreso de “Tucumán” (trasladado a Buenos Aires), condenar la acción de los directoriales de acordar con la corte del Brasil. Tercero: al reclamo de la no declaración de guerra explica, Que no conoce (Artigas) el estado de las provincias en cuanto a la posibilidad del esfuerzo, “… que dos provincias no pueden declarar la guerra por todos…” que no hay fuerza efectiva y disponible en Buenos Aires; no ve fondos, ni recursos; no hay posibilidades de armar Ejército. Y reclama: que lo más importante es la paz interior y la libertad (Instrucciones del año 1813). Es de hacer notar que cuando Ramírez inicia las operaciones contra Buenos Aires en 1821, denuncia el incumplimiento del tratado del Pilar, específicamente en las acciones contra los portugueses. Cuarto: Le reclama que está boicoteando el Congreso de San Lorenzo. Quinto: que no se ha olvidado de las provincias que tendrán representación igualitaria en el Congreso de San Lorenzo. Sexto: Le contesta lo de Belgrano y dice que no es igual, porque el acuerdo con López, era hacerlo en conjunto…” se trabajaba en unión y personalmente…” (Se refiere al Armisticio de San Lorenzo del 12/04/19, suscripto entre López y Belgrano). Séptimo: Le explica y da razones sobre los fusiles a Corrientes. Nadie se los quitó y se los apropió. Que el comerciante que los llevaba los vendió porque el negocio y el precio le convenían. Todo con minuciosidad que le permita mantener la amistad, la confianza y la igualdad entre las provincias.

EL SENTIR DE CADA UNO

Que sintió Artigas: Que su jefatura mengua, que su estimación personal y poder político decae. Más que ingratitud sorpresa por el crecimiento político y prestigio militar del Entrerriano, a quien López, gobernador-propietario de “la invencible” le ha dejado la jefatura del combate y creo lo más importante (esto es subjetivo) percibe íntimamente que ha subestimado a Entre Ríos. Ha crecido, políticamente y su jefe no es él es el entrerriano Francisco Ramírez. Es una Provincia-Territorio igual que la Oriental, amiga, aliada, pero distinta e independiente

Que sintió Ramírez: que por vanidades personales su ex jefe, estaba traicionando las directivas que las Provincias de los Pueblos Libres habían enviado a la Asamblea del año XIII (Éstas, están contenidas en el tratado del Pilar). Que, a conseguido el mayor anhelo de los orientales: los culpables de la situación de abandono de la Banda Oriental sean perseguidos en “juicio político” (Pueyrredón y Tagle habían declarado la neutralidad de las Provincias Unidas en la invasión de la Banda Oriental por los portugueses el 13 de noviembre de 1817). Le molesta el autoelogio de Artigas y le dice que “sus servicios” lo han llevado al lugar que está (sin duda se está acordando entre otros combates el resguardo de la retaguardia de Artigas- antes que abandonara el sitio de Montevideo- cuando derrotó primero a Balcarce, luego a Hereñú y a Eduardo Kaunitz, Barón de Holmberg al frente del Ejército del directorio batalla del Espinillo (22/02/1814), cuando acompañó en defensa de Santa Fe, a la invasión de Viamonte (Septiembre de 1815); cuando derrota a Montes de Oca (de mayo de 1818) en “Saucecito”, y que le vale ser designado Comandante General y Jefe del Ejército Federal por Artigas, o cuando combate el desembarco de los portugueses en el Arroyo de la China en 1818, o cuando invade Corrientes para deponer a los directoriales, que cambiaba el signo político de esa provincia o cuando lo envía a su medio hermano Ricardo José López Jordán, contra Balcarce y Hereñú. Y fundamentalmente reclama derechos para Entre Ríos (Artigas después del fracasado Congreso de Mercedes, devenido más tarde en Congreso de Oriente, no manda representante de Entre Ríos a Buenos Aires, sino que van de Córdoba, Santa Fe, Corrientes y la Banda Oriental) y percibe subestimación. Con respeto pero con firmeza le apunta que solo le importa la Provincia Oriental (sin duda cierto) y demanda que no hay ninguna ley que beneficie a Entre Ríos. (“como si no existieran…” le dice). Comete un exceso: lo compara con los portugueses que buscan pretextos para invadir la Banda Oriental como él lo está haciendo con Entre Ríos. La duda sobre su honradez, lealtad y la convicción de no haber firmado nada contra su persona, le incomoda e indigna… Y le hace notar que sabe de las “operaciones” de Vera, Zapata y Barzola, incursionando en el territorio de su provincia.

Como se ve, Artigas le imputa un comportamiento y Ramírez, le explica el mismo, como su igual, y como su igual le apunta lo logrado: la igualdad de las provincias, la recuperación de la autonomía, el fin del Congreso y el directorio, la afirmación de la paz interior y por primera vez, la afirmación del sistema federal.

La sombra y presencia de Rivadavia se percibe en la Constitución Unitaria derogada de 1819, como consecuencia de la batalla de Cepeda.

* Augusto Alasino, ex diputado nacional y ex senador nacional

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