Historias de Crespo: Hoy el “Crespo Foot Ball Club”

El primer equipo de fútbol que logré comprobar su existencia por los medios válidos de la investigación histórica es el “Crespo Foot Ball Club”. Dos documentos irrefutables forman la fuente principal de este hallazgo, que fue además corroborado y complementado por el testimonio de Don “Lolo” Ruda (fallecido), cuyos hermanos Salomón (quien luego fuera un prestigioso médico de Villa Libertador San Martín) y Bernardo, integraban el equipo. Esta entidad deportiva se fundó en 1921 y su sede era la casa de familia de Don Alejandro Ruda.

El particular vestuario de los jugadores llamó la atención de los compoblanos. Casaca a rayas verticales rojas y blancas, con mangas largas y cuello, que se prendía en la parte de adelante con un cordón. Las medias hacían juego con la camiseta, siendo rojas con rayas blancas horizontales en la parte superior. Los pantalones eran un derivado de los largos que se usaban en la calle, pero cortados a la altura de las rodillas, de cualquier color y sujetados a la cintura con cintos de cuero de vestir. El calzado tampoco era uniforme, ya que algunos tenían una especie de botines, otros zapatos y no faltaban los que jugaban con alpargatas atadas. Fueron toda una revelación para el momento en lo que a atuendo refiere. A principio de 1922, “El Diario” de Paraná dedicó un espacio entre sus hojas al comentario de un partido entre un equipo de la capital provincial y nuestro “Crespo Foot-ball Club”.

El artículo dice textualmente: “De Estación Crespo: en esa localidad llevóse a cabo el jueves por la tarde el anunciado encuentro entre los primeros cuadros de los clubes Quilmes de nuestra capital y Crespo de esa estación. Ante una numerosa concurrencia de público dio comienzo el encuentro. La lucha en el primer periodo fue bastante movida, notándose algunas jugadas muy bonitas. Los componentes de ambos equipos se empeñaron en obtener ventajas, sin poder conseguirlo. En el segundo período el encuentro fue más interesante. A los 25 minutos de juego “Crespo” obtuvo el primer gol, convertido por Garófalo (Nota de Britos: Hijo del farmacéutico que tenía su negocio en la actual esquina de Dr. Soñéz y Dr. Minguillón, propiedad de Alberto Rocinto Bione), al recibir un centro de Roberto Saraví (hijo del Dr. Alberto Saraví, radicado por muchos años en Crespo y hermano del poeta entrerriano Guillermo Saraví). Diez minutos más tarde, Quilmes consigue el gol de empate por medio de Schavoni. Sin otras alternativas terminó el encuentro sin vencedores ni vencidos. Los cuadros formaron así: CRESPO con Lex, como arquero, Batagliero y Chaves en la defensa, Pertusio, Fornero y Asplanate en la línea media, y adelante Saraví, Risentul, Zibecci, Garófalo y Ruda. QUILMES lo hizo con Zibecchi, Daneri y M. Bernardis, B. Bernardi, Acosta, y G. Montenegro, C. Montenegro, Ducasse, Schiavoni, Fernandez y Neto. Actuó de referí Don Alfredo Salcerini. Después del encuentro los visitantes fueron homenajeados con un asado por la institución local”.

Los alemanes Lex tenían su fonda donde hoy están los comercios de los hermanos Miranda; Batagliero, pertenecía a una fundadora familia de inmigrantes italianos que tenía una panadería en la actual intersección de Humberto Seri e Independencia. Fornero era cuñado de Pablo Diana, el dueño del hotel de la localidad y Bernardo Ruda, era uno de los hijos de Alejandro Ruda. El resto, en su mayoría eran empleados del ferrocarril. Una foto del 25 de mayo de 1923 los muestra ya con otra formación. Adolfo Ruda no integraba el equipo, pero era uno de sus dirigentes y en 1927 su hermano Bernardo se sumó a la temible delantera de Ferro Carril, llegando a convertirse en uno de los goleadores del equipo. Aparece Gregorio Soto, el abuelo de quien fuera director de la Escuela Técnica; Heriberto Izaguirre, padre de “Lalo”; el “Pato” Corrá; Juan Weinzettel, jefe del Registro Civil y Juez de Paz. El arquero era Aguinaga y el “Chivo” Silva, panadero de Bione completaban el quipo, junto al “Ganga” García, Salomón Ruda (el médico), dos ferroviarios sin identificar y Fornero. Por esos tiempos, hace ya 91 años, más allá de la importante profesión que cada uno tuviera y de sus consecuentes obligaciones, siempre había un espacio para el deporte, la competencia sana, el juego con amigos, la vida saludable y en ese contexto el “Crespo Foot Ball Club” era el punto de encuentro. Sin dudas, valores que hoy se intentan restablecer.

 

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