Newell’s le dedicó el triunfo 4-2 sobre All Boys a Heinze, que jugó su último partido en el Coloso ante la ovación de la gente. Dos de Ponce, uno de Castro y otro de Maxi Rodríguez (volvió a jugar luego de un mes) los otros goles.

La fiesta estaba armada para Heinze. Su despedida en el Coloso le daba al partido un interés que, a priori, no tenía con dos equipos que ya no se jugaban nada. Uno perdido en la mitad de tabla y el otro ya descendido. Pero Newell’s y All Boys terminaron armando un partido entretenido y con goles.

Newell’s salió a pisarlo, a golearlo, a mostrarse bien grande en su cancha. Y con Ponce (¡qué futuro tiene este pibe!) abrió rápidamente el partido. Pero All Boys no pensaba rendirse rápido y de la nada, encontró el empate vía un remate de Arciero.

Y aunque la historia del día era la despedida de Heinze, Newell’s quería ganar. Y fue por más. Con un Bernardi amo y señor del medio fue arrinconando al rival. La diferencia estaba al caer y llegó otra vez a partir de Ponce y con un buen gol de Castro. Entre los cantitos por Heinze y el esperado regreso de Maxi Rodríguez, se coló el descuento del Albo. Luego sí, con Maxi Rodríguez en cancha, la Lepra liquidó la cuestión. Lo merecía. El equipo y el Gringo Heinze también.

Heinze se ganó los cantitos y los abrazos de todos, incluso de sus rivales. “Ya no hay nada para decir. Solamente agradecerle tanto apoyo a la gente”, dijo el Gringo.

Estaba tenso. No era para menos. Su último partido en su casa, en el Coloso, no era para menos. Gabriel Heinze se va del fútbol y Newell’s lo despidió con un 4-2 sobre All Boys y con varias ovaciones.

“Ya no hay nada para decir. Solamente agradecerle a la gente y nada más. No me faltó nada. ¿Otros títulos? Ya no los puedo ganar más, je”, dijo al finalizar el partido mientras los jugadores de Newell’s y All Boys hacían fila para despedirlo.

Por su cabeza habrán se le habrán pasado mil imágenes, pero no se olvidó de su presente. Por eso, cuando le remarcaron que había jugado con Messi, Cristiano, interrumpió y dijo: “Y con Ponce, con Tonso, con Múñoz, con todos estos pibes que hicimos un fútbol extraordinario. Ellos también se merecen el mayor de mis respetos. ¿La camiseta? No lo pensé mucho, pero quedará para mis hijos”.

El “Olé, Olé, Gringo, Gringo…” de fondo. Carteles con el “Gracias Gringo” bien arriba y Heinze aplaudiendo a todos. Despedida de lujo.

Heinze recibió una ovación colosal en Rosario

Diario Olé