Heinze acompañó la Maratón Ciudad de Crespo

El cielo parece caerse a pedazos. El tono azul oscuro es imponente y nos muestra que lo que está por venir, no es del todo bueno. Aunque esos tonos amenazantes de tormenta, han depositado sobre Crespo la frescura de un nuevo aire, distinto al pesado que había dominado durante las horas anteriores. Esto resu1442 heinze 3 [Observador web]lta positivo para el andar de los atletas, más de 300, que caminan y trotan por la zona del Yapeyú a la espera de la hora indicada.

En ese ir y venir de personas, está Gabriel Heinze. El ex futbolista crespense acompaña la prueba organizada por José María Villagra en su honor. Con buena predisposición se presta a cuanto requerimiento sea. Fotos, autógrafos y notas. Acude sin excusas y con un rostro sonriente, feliz y contento por el afecto de la gente.

“¡Treinta, Treinta!” grita Sonry para que el organizador le preste atención. Alertado por el llamado mediante su apodo, José María vuelve sobre sus pasos. En ese momento se funden en el primer abrazo, a pocos minutos de la largada. Se tiran flores y buenos deseos. Es curioso, pero recién se ven los rostros cuando la cuenta regresiva se agota. No es para menos, Treinta debe estar atento a cada detalle de la maratón. Luego van los dos a la línea de partida, de manera simbólica salen delante de los centenares de participantes que darán su mejor esfuerzo en los 10km y en los 3km.

Con la prueba en su finalización, ahora sí bajo una torrencial lluvia, el mismo Heinze, completamente empapado, se presta a la charla con un grupo de periodistas. No esquiva las preguntas como tampoco busca un lugar donde refugiarse. Responde de forma breve pero contundente. Auténtico. Disfruta de este presente fuera del campo de juego y con las personas que quiere, aunque reconoce que no es sencillo mirar todo desde un sector donde no estaba acostumbrado. Es decir, desde el costado de la cancha.

– Se vieron banderas rojas y negras en la maratón.

– Los Leprosos somos así, estamos en todos lados. Uno tuvo la suerte de hacer cosas lindas en Newell’s y que lo quieran.

– Estamos bajo una lluvia torrencial, ¿te gustaba jugar más con lluvia o con cancha seca?

– Con lluvia. Era medio bruto, me tiraba más al piso y pegaba. Me gustaba mucho jaja.

– ¿Cómo sigue tu vida?

– Estoy abocado a mi familia sobre todas las cosas. Disfrutando de ellos. Viendo un poco de fútbol, haciendo las cosas que no pude hacer mientras jugaba. Con tranquilidad. Cuando pase el tiempo y me despierte el “bichito” ahí analizaré qué hacer con mi vida dentro del fútbol.

– ¿Se hace difícil mirarlo de afuera?

– Mucho. Mucho porque se extraña. Uno siempre lo vivió desde adentro y ahora lo ve desde afuera. Hay que saber convivir.

– ¿Cuán importante es el acompañamiento de la familia para que a un deportista le vaya bien?

– Es todo. El éxito de uno depende del apoyo de la familia. Siempre digo que si a uno no lo acompañan, el éxito puede estar solamente durante un momento, pero no en el largo camino del deportista. Es el sostén, es el respaldo que no se ve, pero que tiene una enorme importancia.

– ¿Qué mensaje le podés dar a quienes recién comienzan la práctica deportiva?

– Que sigan haciéndolo. El deporte es algo hermoso. Te brinda la posibilidad de conocer gente y de hacer amigos. Estamos debajo de la lluvia después de una carrera y no nos molesta para nada, lo disfruto. Y eso sólo te lo brinda el deporte. Sólo les puedo decir que sigan haciendo lo que les gusta. Son momentos sanos cualquiera sea la disciplina. Que los chicos le manden para adelante. Los padres deberían tomar al deporte como la escuela misma. Como algo que tenemos que hacer sí o sí, prestarle mucha atención. Que los padres se comprometan con esa tarea también, de inculcarles estos valores a sus hijos.

– En tu casa cuando vivías en Crespo, se respiraba fútbol. Ahora en Rosario, ¿también se respira lo mismo?

– Noo… Se respira gimnasia, tela, pilates, de fútbol nada. Hasta para ver un partido tengo que pedir permiso.

– ¿Tus chicos son hinchas de Newell’s?

– Sí, sobre todo por lo que vivieron en el último tiempo. Son chicos todavía y pueden elegir. En ese sentido yo no les digo absolutamente nada. Agustín, el más grande, siempre fue hincha del club donde yo jugaba. Ahora que no lo hago más, quizás tome otro camino. Estando en Rosario, sos de Newell’s o de Central, obviamente por esto que digo es de Newell’s. Juega al fútbol en un club cerca de casa. Que hagan lo que quieran pero que hagan deporte. La madre también hacía deporte así que lo llevan en los genes.

– ¿Vas seguido a la cancha?

– Sí, cada vez que puedo voy.

– Hablando de los hijos, a veces se ven a padres gritando a los chicos en una cancha, presionándolos en vez de darles libertad.

– Hay padres que quieren que sus hijos hagan lo que ellos no pudieron hacer como jugadores. Habría que educar a los padres en vez de a los hijos. Es un problema de los mayores. Si ellos que son grandes no se dan cuenta, es que no quieren ver a un hijo contento sino que lo ven como un objeto y eso me da mucha pena.

– ¿Cómo ves el fútbol actual de nuestro país?

– En cuanto a lo dirigencial es lo mismo de siempre, tenemos un nivel nefasto. Ahora hay gente joven que se está haciendo cargo y eso es muy bueno porque el fútbol ha cambiado mucho. Como sucede también en los equipos con entrenadores muy jóvenes con ideas renovadoras. En el fútbol argentino se está viendo una mejoría muy linda en ese sentido, por las propuestas que estos entrenadores llevan adelante y que nos entregan lindos espectáculos en la cancha.

– ¿Qué pensás de la campaña de tu hermano (Hernán) como DT de Cultural?

– Fue muy buena, sin dudas. Lástima que no se pudo coronar con el ascenso pero si se ve todo el proceso formativo que hay en el club, el camino que se hizo, me pone muy contento por él y por Cultural del cual uno es hincha. Tienen que seguir por esta vía porque cuando se hace un trabajo tan bueno lo que se debe hacer es redoblar la apuesta.

La charla continúa, el diálogo sigue, pasando por tantos temas como a uno se le ocurra. No tiene apuro. Está feliz. Está sonriente. Los elementos periodísticos padecen bajo el agua, pero vale la pena. Vale hablar con Heinze en estado puro atravesando un gran momento, hoy con su familia como principal y único centro de atención.