Hasenkamp: Una familia que sigue aferrada a la esperanza y a la fe

Bibiana María José Cáceres, habló con El Observador sobre la evolución que vienen teniendo su hijo Francisco Epis (9), quien a principios de este año fue diagnosticado con Linfoma de Hodgkin y realizó un tratamiento oncológico en el Hospital Garrahan y en mayo pasado de esta afección fue dado de alta, tras las diferentes sesiones de quimioterapia que recibió.

Durante más de 4 meses Bibiana y su esposo Yari, que son de Hasenkamp, estuvieron viviendo en Buenos Aires y acompañaron al pequeño en todo momento y la recuperación se fue dando de manera prudencial, gracias a la excelente atención de los profesionales y personal del reconocido nosocomio.

Al respecto, Bibiana explicó que “ahora estamos en casa, adaptándonos a nuestra vida diaria. Mi esposo volvió a su trabajo (es camionero) y nuestra hija Érika a sus tareas, ya que mientras estuvimos en Bs. As. estuvo viviendo con su abuela. A su vez, ‘Francis’ retomó las actividades en la Escuela Adventista y está haciendo sesiones de kinesiología tres veces a la semana, ya que tuvo una secuela neurológica que le produjo el tumor, que lo dejó con una inestabilidad física, una debilidad en sus piernas por lo que tiene una pequeña dificultad para trasladarse. Pero sabemos que la evolución será lenta y debemos tener paciencia. De igual manera él tiene que hacer una vida normal, sus amigos lo vienen a buscar para jugar, sí debemos tener algunas precauciones, más que nada por estos días de intenso frío, ya que tenemos regresar al Garrahan para hacerle una resonancia y los controles oncológicos correspondientes”.

– ¿Cómo hicieron y hacen para enfrentar esta situación?

– A partir de la enfermedad, nos aferramos a Dios en todo momento y también estuvimos con el Padre Ignacio (Rosario), en dos oportunidades, antes del tratamiento de las quimioterapias y luego cuando regresamos a nuestra casa por las secuelas que le dejó el tumor.

– ¿Cuál es el mensaje para esos padres que están con una problemática similar?

– Son cosas muy difíciles de afrontar, por eso es que repito que nos aferramos a Dios, a rezar todas las noches y pedirle que podamos seguir adelante y por supuesto acompañar el tratamiento médico en todo momento. Es importante seguir paso a paso lo que te indican los profesionales y poner muchas fuerzas y ganas, porque ellos no te tienen que ver mal, ya que al estar uno decaído se dan cuenta y también repercute en su estado de ánimo y por consiguiente en su evolución en el tratamiento.

La ayuda y la colaboración que recibimos en todo momento de diferentes personas y de todo el país, fue también muy importante para enfrentar cada día la enfermedad y que “Francis” lo supo siempre.

Por eso nuestro sincero agradecimiento al pueblo y a todos los que estuvieron y están permanentemente acompañándonos y alentándonos en esta situación que vamos superando diariamente junto a nuestro querido hijo que es un gran luchador.

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