Hallazgos en Santa Fe: “Tenemos sitios datados en 2500 años de antigüedad”

El arqueólogo Gabriel Cocco brindó detalles de la investigación que está llevando adelante el Museo Etnográfico en paralelo al trazado para la obra del Gasoducto Metropolitano. Contó que se encontraron elementos de sociedades “con una vida distinta a la nuestra, pero que compartieron el mismo territorio”.

A partir de la obra del Gasoducto Metropolitano, cuyo trazado tiene en cuenta una parte de la Laguna Setúbal, el Museo Etnográfico lleva adelante una serie de investigaciones para que el trabajo no afecte el patrimonio arqueológico de la ciudad de Santa Fe. El arqueólogo Gabriel Cocco le contó a Buen Santa Fe de qué se trata este patrimonio hallado y destacó las oportunidades que otorga la bajante del río para profundizar en la investigación.

“Desde el Museo Etnográfico hace varios años estamos realizando investigaciones en la ciudad de Santa Fe y su entorno. Hay muchos sitios arqueológicos de poblaciones indígenas que vivieron previo a que se fundara Santa Fe”, comenzó diciendo Cocco.

En cuanto a la investigación, contó que “a raíz de la obra del Gasoducto Metropolitano, que va a cruzar desde El Chaquito hacia el este de la Laguna Setúbal, hemos intensificado las investigaciones y ha dado como resultado localizar nuevos sitios arqueológicos. Ya habíamos excavado un sitio muy importante en la zona cercana a donde va a pasar el Gasoducto y habíamos encontrado un sitio residencial: a partir de eso, se está haciendo este estudio previo para que no afecte el patrimonio arqueológico al momento de realizarse la obra”.

Tenemos sitios datados en 2500 años de antigüedad. Eso da la pauta de la antigüedad del poblamiento en el territorio santafesino”, añadió Cocco.

Además, señaló que la bajante del río “favorece en la medida en que podemos explorar áreas donde no podíamos. Es una oportunidad histórica. Se puede acceder a lugares donde habitualmente están tapados por el agua o son bañados: en uno de estos lugares hemos encontrado material superficial en un área extensa, de 300 metros, producto de la acción de la erosión hídrica. Ahora estamos viendo de dónde salieron esos materiales, porque es un sitio arqueológico erosionado por la laguna. Por eso esta dispersión tan grande”.

Con respecto a cómo se desarrollará la investigación en paralelo a la obra, detalló que “la idea es hacer un mapa de sitios arqueológicos en la zona de afectación del gasoducto. Tomar las medidas necesarias previamente, lo que garantiza costos en lo que tiene que ver con el patrimonio, pero también en la ejecución de la obra. De acuerdo a eso se termina de delinear la traza del Gasoducto y en el caso de que no quede otra cosa que pasar por los sitios, se hace un trabajo de excavación previo. Si bien se hace un monitoreo, vamos a estar seguros de que no vamos a estar afectando y vamos a poder conservar nuestro patrimonio arqueológico de Santa Fe”.

“Estamos colaborando en el conocimiento de nuestro pasado. Esta sería la primera etapa de poblamiento del territorio santafesino y de lo que no quedan documentaciones escritas. La única forma de acceso al conocimiento de estas poblaciones que vivieron en el pasado es a través de la arqueología. Al estar cercana a la ciudad de Santa Fe, nos da dimensión de cómo se fue poblando este territorio: vivían sociedades cazadoras, recolectoras, que eran grupos pequeños, familias extensas o bandas con una vida distinta a la nuestra pero que compartimos el mismo territorio”, remarcó el arqueólogo.

También, destacó la importancia de los hallazgos para el museo. “Vamos adquiriendo nuevas piezas que se estudian en museo etnográfico. Después del trabajo de campo viene el de análisis de la información. Una parte de los materiales que vamos extrayendo son expuestos en las exhibiciones del museo”.

Finalmente, describió estas primeras investigaciones. “Nosotros ahora encontramos fragmentos de cerámica. Por el conocimiento de trabajar muchos años, estas piezas representan contenedores, algunos muy grandes, para almacenamiento de agua, alimentos y para cocinar. Una vez que son descartados, esos artefactos se rompen. Y con el proceso natural se van enterrando, pero también se van fragmentando. La cerámica era uno de los principales materiales para fabricar los elementos de la vida cotidiana de estas personas. Era un recurso fundamental”.

Fuente: Telefé

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