Guía (FAA) habló de los problemas del campo, agroquímicos y consorcios camineros

Guia [1600x1200]Argentina es un país exportador de productos primarios por excelencia y su economía se sustenta en gran parte por lo que produce el campo, que hoy tiene un abanico de problemas. Para conocer algunos de ellos, visitó esta semana el “Centro Periodístico de Entre Ríos”, el director en Entre Ríos de la Federación Agraria Argentina (FAA), Elvio Guía, quien en diálogo durante más de 1 hora con el Cont. Fernando A. Huck, director de El Observador, habló de las mayores preocupaciones que tiene el sector agropecuario, contó sobre el proyecto de ley para reglamentar los “Consorcios Camineros” y dio su opinión sobre el uso de agroquímicos en los campos entrerrianos, para lo cual hay varias iniciativas presentadas en la Legislatura e incluso una de las mismas tiene media sanción, del Senado. Estas fueron sus principales respuestas:

– ¿Temen que se puedan restringir y prohibir algunas de las fumigaciones que se necesitan para el desarrollo de los cultivos?

– Nosotros no hablamos de fumigación, sino de aplicación de distintos productos. Hay experiencias buenas, como las de Arequito (Santa Fe), donde el municipio tiene una legislación para su jurisdicción, aplicándose productos llamados “Banda Verde”,. Y se respetan cuestiones fundamentales, referida al viento, clima y demás, por lo que se está trabajando sin problemas. En esto, tiene que haber un Estado presente y una responsabilidad de parte de los productores, porque también hay que ser sinceros, algunos han hecho las cosas mal. Estos productos (“Banda Verde”), ni siquiera matan a los insectos benéficos dentro de la soja y menos afecta a los humanos. Son puntuales para la chinche o la oruga…

– Los ambientalistas relacionan estas sustancias con casos de cáncer en la población…

– No hay ninguna cuestión científica comprobada para decirlo. El glisofato, por ejemplo, no está prohibido. Sí el 2,4-D, que a temperaturas elevadas, no se puede usar en la provincia desde hace varios años. Aquí lo importante es que las aplicaciones deben hacerse de manera responsable y desde el sector productivo tenemos que estar lo más lejos posible, sin molestar a la población en su conjunto. Sabemos que de un centro urbano, tiene que haber entre 200 y 300 metros, que se deben aplicar con condiciones buenas en el clima y el que haga las cosas mal, tiene que ser castigado, para que la gente empiece a confiar. Actualmente, los productos que se usan son los más benéficos posibles, pero ¿cómo hacemos para parar esta cuestión del ambientalismo? El país no puede dejar de producir, hay que buscar un equilibrio justo. Hace muchos años que trabajamos con esto y no está documentado que cada uno de los productores, que usa glisofato o alguno de los productos, tenga cáncer. Mi familia, mis hijos se criaron en el campo con nosotros y no tuvieron nunca ningún problema y eso que hemos fumigado con glisofato y otros productos, pero siempre con una aplicación responsable…

– ¿Y cómo se siembra en otras partes del mundo?

– En el mundo se usa todo el terreno posible, pero con aplicaciones responsables. Hoy hay una cuestión más personal entre ambientalismo y no ambientalismo. Los primeros tienen una capacidad de lobby muy fuerte y nosotros queremos seguir produciendo, sin molestar a nadie…

– ¿Hace falta una nueva ley de agroquímicos en ER?

– La que está es una ley de hace muchos años. Tiene que estar definido de qué manera, cuántos metros, cuáles son las autoridades de aplicación, que el aplicador debe estar capacitado, contar con un profesional habilitado… Uno de los proyectos dice que la distancia de aplicación con los poblados y cursos de agua debe ser de 500 metros. ¿Saben lo que es la geografía de Entre Ríos…? Si tenemos que dejar 500 metros al costado de cada arroyo, tenemos que dejar de producir. El proyecto de Ley (de César Melchiori- Islas), tuvo media sanción en el Senado, un día antes de que cambien las autoridades…

– Hay un proyecto que prohíbe el uso de los aviones para las aplicaciones…

– Hay muchas actividades con las que hay que trabajar con el avión, como por ejemplo en las plantaciones de arroz. Con 20 días de lluvia y sin poder entrar a los campos, si no hay pulverización aérea, las cosechas en ER se pierden completas, por el tema de las plagas…

– ¿Avizora una solución y que se pueda encontrar un punto en común?

– He escuchado a gente decir las barbaridades más grandes sobre este tema… Lo pude comprobar. Gente que denuncia apenas ven fumigando, aunque sea un fungicida inocuo… Si pasa una fumigadora 0 km tirando agua y ya va a haber alguno que va a decir que le duele la cabeza. Argentina es difícil… la gente es difícil…

 

 

Campo con problemas

 

 

– ¿Cómo calificaría al presente del campo?

Estamos en una situación delicada… Las cuestiones climáticas afectaron no solamente a la parte agrícola, sino también a la ganadería, lechería y demás. En Entre Ríos se perdió casi el 40% de la soja, lo que generó muchas complicaciones, pero hay expectativas. Tenemos un gobierno que prometió cosas y está cumpliendo. El sector recuperó parte de la renta que se había perdido, sobre todo en trigo y maíz. La quita de retenciones y la apertura de exportaciones, trajo alivio. No obstante estas ayudas y otras, hay sectores que tienen dificultades, como la lechería. No hemos llegado a los $ 5 por litro que necesita el productor. Hay economías regionales como el arroz, que empezó a funcionar nuevamente, pero estaba muy “planchado” el precio o la citricultura, que venía teniendo grandes problemas y la situación se agravó la semana anterior, cuando cayó una granizada importante, destrozando 6.000 has. de cítricos…

– Hay preocupación en los avicultores y productores porcinos por la apertura de las importaciones…  

– Pero las mismas se podrían regular, como se hace en todas partes del mundo, estableciendo aranceles que te dejan afuera de la posibilidad de entrar a los mercados. Por ejemplo, para ingresar con los cítricos dulces a Inglaterra, el monto es del 26% y al no ser competitivo, no se accede. También hay que tratar de exportar, sacando aranceles o devolviendo retenciones, que es lo que le debería pasar con el pollo para que sea competitivo. Hay una parte de la industria preparada para comercializar a nivel mundial que todavía no está exportando en su máxima capacidad…

 

Gestiones en Nación

 

– ¿Cómo es su contacto con el senador Alfredo De Ángeli, ex dirigente de la FAA?

– Tenemos contacto permanente. Las gestiones que se hacen a nivel nacional, se intentan canalizar a través de él, siempre buscando alguna solución para el sector o llevándole alguna problemática para ver de qué manera se puede solucionar, como el tema de la “Ley de Semillas”. Desde la FAA sostenemos que debemos tener soberanía alimentaria, no podemos quedarnos atados a los caprichos de una empresa y la manera de mantener esa soberanía alimentaria, es que se haga un uso propio de la semilla, que lo puede hacer el productor agropecuario, que pueda multiplicarlas y que los grandes grupos concentrados paguen la regalía… Con Monsanto hay un canon de producción… Lo que siempre decimos es, yo te siembro la semilla y… ¿me vas a cobrar 15 dólares por lo que yo produzca? Monsanto un año te va a decir 7, el otro 15 y el otro 22. A esto lo vemos como un atropello…

– ¿Muchos productores chicos tuvieron que vender su campo a grandes…?

– Las concentraciones siempre existieron. Un caso emblemático es la lechería, en la que hay 5.000 productores menos, pero la cantidad de leche producida es la misma. Esperamos que en la agricultura no pase lo mismo. Para eso, como institución gremial trabajamos en varias cuestiones como reforma impositiva, la parte crediticia, los seguros multi-riesgos, para que el productor tenga estabilidad…

 

Consorcios camineros

 

– ¿Que opina sobre el proyecto de ley de consorcios camineros que se presentó en la Legislatura?

– Son grupos de productores que gerencian los caminos y les hacen su mantenimiento, que puede ser con recursos propios o del Estado. En un primer momento se habló de que con esto, se quería privatizar Vialidad Provincial y nada más alejado de la realidad. Hay zonas a las que la DPV no llega, donde hay familias, escuelas… Allí se junta un grupo de productores y cuida ese camino. Sí hay cuestiones por analizar, no es lo mismo un trayecto donde hay 50 familias que uno en el que hay 2. Hay que priorizar, el consorcio puede ser la solución para algunas zonas, pero no va a ser para todo Entre Ríos. Tiene que haber gente con ganas de trabajar, de asociarse… Es un trabajo más, aparte de las actividades diarias que se tiene en el campo. Hoy tenemos caminos en estados lamentables, más allá que fuera por una cuestión climática y esperemos que los consorcios sean una alternativa de solución…

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