¿Gripe o resfrío? Cuándo consultar al médico

En las últimas 2 semanas, con muy bajas tem­peraturas, volvieron a aumentar los casos de gripe, resfríos y dolores de garganta, típico en esta época del año. Actualmente, la gran mayoría de las con­sultas en las guardias de los centros asistenciales son por síntomas respiratorios. Entre las medidas de cuidado y prevención, la Dra. Paola Caro, directora Médica de la empresa Vittal y la Dra. Cecilia Avancini (pediatra) destacaron que “se debe mantener el lavado de manos frecuente o uti­lizar alcohol al 70% en solución acuosa; limpiar las superficies asiduamente y ventilar los ambientes a pesar de las bajas temperaturas; toser o estornudar en el pliegue del codo evita contagiar a otros y en bebés, mantener la lactancia materna, continuar con los controles pediátricos y estar al día con el plan de vacunación, sintetizan las medidas más importantes para cuidar su salud. Si se presentan síntomas como fiebre, mocos o dificultad para respirar o si los niños se encuentran decaídos y rechazan el alimento, se debe concurrir a la consulta médica. Si respiran aceleradamente, con ronquidos o silbidos se debe consultar de forma ur­gente. Tanto para grandes como para chicos, es im­portante mantener la alimentación saludable, pese a que en vacaciones, los horarios y las rutinas diarias suelen modificarse. En este marco, se recomiendan respetar las 4 comidas diarias, con especial énfasis en el desayuno y el almuerzo…”.

Tanto la gripe como el resfrío son afecciones habituales que se presentan fundamentalmente durante el otoño e invierno: “Muchas personas tienden a confundir los síntomas de ambas y consecuentemente, recurren a tratamientos inadecuados que no hacen más que complicar su estado de salud. Por eso, es importante conocer algunas nociones generales para estar alertas ante la aparición de los primeros síntomas. La gripe es una enfermedad respiratoria contagiosa, causada por los virus de la influenza. Sus síntomas son fie­bre alta (38º o más), dolor de cabeza, decaimiento, tos, dolor de garganta, congestión nasal, dolor muscular y malestar generalizado. También pue­den aparecer síntomas digestivos como náuseas, vómitos y diarrea, pero estos son más comunes en los niños que en los adultos. La enfermedad tiene un período de incubación corta (de 2 a 5 días) y es altamente contagiosa desde un día antes de apare­cer y hasta 7 días después. Para prevenir la gripe es recomendable aplicarse la vacuna antigripal en otoño, antes de los primeros días fríos. Se encuen­tra prioritariamente indicada para grupos de riesgo, tales como adultos mayores de 65 años, personas con enfermedades crónicas (diabéticos, cardíacos y pulmonares) y con alteraciones de la inmunidad, niños o adolescentes con factores de riesgo y tra­bajadores de la salud asistencial (médicos, enfer­meros y aquellos que tienen contacto con pacientes de alto riesgo)…”.

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