Garrapata bovina: Detectan resistencia a la ivermectina

Asociada a la disminución en la ganancia de peso, daño de los cueros, mortalidad, menor producción láctea, así como a la transmisión de enfermedades, la Rhipicephalus Microplus es la especie de garrapata con mayor incidencia para la producción ganadera mundial. En Argentina, este problema afecta a unos 16.000.000 de bovinos en zonas tropicales y subtropicales del noreste y noroeste del país.

En un estudio publicado en la revista internacional Research in Veterinary Science, investigadores argentinos y brasileños diagnosticaron la resistencia de la garrapata común del bovino a la ivermectina. De acuerdo con los datos publicados, este producto “ha demostrado ser un antiparasitario altamente eficaz, sin embargo, su uso masivo ha derivado en la aparición de poblaciones de parásitos resistentes a esta droga”, destacó Santiago Nava, investigador del INTA y uno de los autores del estudio, que comprendió pruebas in vitro (en laboratorio), usándose larvas de la garrapata provenientes de establecimientos ganaderos de Entre Ríos, Santa Fe, Chaco, Formosa, Santiago del Estero y Misiones y pruebas de campo en 2 localidades, donde se testeó la eficacia de la ivermectina para controlar infestaciones naturales en bovinos. De ahora en más, entre los parásitos resistentes a la ivermectina deberá incluirse a “las garrapatas que parasitan a los bovinos, como es el caso de Rhipicephalus Microplus”, indicó Nava.

La resistencia a los antiparasitarios es uno de los mayores desafíos para enfrentar en los próximos años. “En el caso particular de la garrapata común del bovino, en Argentina ya se han detectado casos de resistencia a prácticamente todos los compuestos químicos garrapaticidas disponibles comercialmente”, puntualizó el profesional.

No es un problema menor para la producción ganadera. La resistencia está asociada a la frecuencia de los tratamientos garrapaticidas empleados. Estos son más numerosos en aquellas zonas con mayor aptitud ecológica para el parásito” expresó Nava, quien reconoció que métodos de manejo como el descanso de pasturas o las vacunas contra garrapatas “no constituyen una alternativa que en el escenario actual puedan sustituir a los químicos sintéticos, ya sea por problemas de factibilidad en la aplicación, para el caso del descanso de pasturas, o directamente por una eficacia insuficiente o falta de disponibilidad de un producto comercial aprobado oficialmente como en el caso de las vacunas contra garrapatas”.

En tal sentido, esta situación “resalta la necesidad imperiosa de utilizar los acaricidas químicos de manera adecuada, a fin de preservar su funcionalidad, porque en la actualidad no hay herramientas sustitutas factibles de aplicarse con alta eficacia y de forma masiva”, enfatizó.

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