Ganadería: Lezana explicó cuáles son las estrategias para superar el déficit forrajero

LezanaLas intensas precipitaciones ocurridas en abril, superiores a la media anual y la baja tasa de crecimiento del pastizal natural, característico del período otoño-invernal, provocaron un déficit en la disponibilidad del forraje para el suministro a los animales. Según explicó la Ing. Agr. Lucrecia Lezana, profesional del grupo de Sistemas de Producción y Economía del INTA Paraná “en este momento, estamos frente a la confluencia de dos factores problemáticos: por un lado, las intensas precipitaciones que sufrimos en abril pasado, con casi 1.200 mm. en un mes, lo que produjo graves consecuencias sobre el sector productivo y específicamente sobre la ganadería, por el anegamiento de grandes superficies de pastizales naturales bajo monte, que están desaprovechados, porque el productor no puede acceder a los mismos. Sumado a eso, estamos en un período donde la tasa de crecimiento del pastizal se reduce, porque las temperaturas bajan, los días se acortan y la mayoría de las especies son de verano, por lo que habitualmente tenemos un déficit forrajero en esta época”.

La profesional recomendó “estimar qué superficie accesible tenemos, qué disponibilidad de forraje hay y tratar de adecuar la carga lo mejor posible”. Para superar este período, que son aproximadamente 100 días, “se debería contar con unos 1.800 kilos MS/ha. de pastizales. Esto permitiría soportar una carga de 0,6 vacas por hectárea. Eso sería lo más adecuado y apropiado para el mantenimiento de la vaca de cría en el período crítico. En caso de no contar con esta disponibilidad, se tendría que pensar en suplementar con otros recursos forrajeros. En ese caso, hay que recordar que una vaca seca en mantenimiento, en este período del año debería estar recibiendo aproximadamente 1 kilo de grano (maíz o sorgo), además de 1 de poroto de soja y 4 de algún heno o rollo. Con esto, se podría armar una dieta para suplementar… Teniendo en cuenta las condiciones en las que se produjo la cosecha de soja, probablemente esta leguminosa no pueda ser vendida como grano y pueda así incorporarse como forraje a la dieta animal” indicó la especialista.

No obstante aclaró que si los productores deciden incorporar a la dieta porotos de soja, deben tener especial cuidado en qué condiciones se encuentran, porque debido a las intensas precipitaciones, hay una proliferación de hongos. Lezana explicó que “si bien es un alternativa, porque brinda energía y proteína en esta época del año, hay que tener precaución con la concentración de micotoxinas, que alteran el metabolismo del animal. La detección se hace mediante análisis de laboratorio. Si nos encontramos en niveles que puedan llegar a generar problemas, la recomendación es que no se brinde ese grano a los animales y tratar de encontrar otras fuentes, como son el grano de maíz y suplementarlo con rollo o heno o el forraje que pueda brindar el campo natural”.

“Otra alternativa a la que se puede recurrir es reducir la demanda animal, tratando de eliminar las categorías improductivas. En el caso de los rodeos de cría, son las vacas con fallas de preñez. De esa manera, se puede reducir la demanda forrajera y equilibrar así el balance (la relación entre oferta y demanda), que en este período del año está en una seria dificultad”.

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