Fumigaciones: Docente entrerriana presenta vestigios de insecticida en la sangre

e_1421840857Un estudio bioquímico realizado por el Instituto de Análisis Fares Taie, que funciona en la ciudad de Mar del Plata, confirma que la docente de Gualeguaychú Estela Lemes posee en la sangre clorpirifos etil, un insecticida que se utiliza para controlar las plagas de insectos. El resultado fue confirmado días atrás a la maestra, y se supone que ese mismo nivel de contaminación afectaría al resto de los docentes que se practicó en forma consentida una extracción de sangre porque necesitaban saber qué nivel de tóxicos tenían en sus cuerpos. La acción conjunta se realizó en el marco de una audiencia realizada a fines de 2014 en el Congreso de la Nación, donde docentes y alumnos de escuelas rurales fumigadas denunciaron la gravedad de la situación mediante testimonios y una cartografía precisa de la zonas afectadas. “Cuando vuelva de las vacaciones el médico voy a ir a verlo. Lo dejé porque no le di importancia. A mí lo que más me interesa es que luego de la denuncia se controle un poco más”, planteó Lemes, en referencia al resultado del análisis. 

En realidad, en el estudio solo un componente arroja un valor positivo, el clorpirifos etil, que abarca a los pesticidas organofosforados. Aunque también se solicitaban análisis de pesticidas piretroides y pesticidas organoclorados. “Cuando mandan el mail dicen que es positivo, no te dicen que es un solo valor”, revela, según reproduce ElOnce.

La educadora sostiene que no le preocupa demasiado lo que pueda producir la sustancia en su cuerpo, porque supone “que la gente que vive rodeada de campos que fueron fumigados, tiene en menor o mayor medida algo de contaminación incorporada”. 

Admitió que siempre estuvo dispuesta a practicarse un análisis de este tipo, pero que el principal escollo es su elevado valor económico y que solamente se podía efectuar en Mar del Plata. “Muchos nos ofrecimos a hacerlo y creo que con los mismos resultados. Todos tenemos el mismo resultado, o muy parecido”, precisó. Volvió a insistir en que el valor hallado “es muy bajo” y estimó: “No me va a traer mayores consecuencias”. Reiteró que consultará a su médico de cabecera al regreso de sus vacaciones, a la espera de tener mayores precisiones de su estado de salud. 

Estela Lemes fue la primera docente rural entrerriana en presentar una denuncia penal por las fumigaciones sin control que vienen afectando a la escuela Nº 66 Bartolito Mitre, ubicada en la costa Uruguay sur, en el Departamento Gualeguaychú. Ocurrió en 2012, pero ya había vivido una experiencia similar dos años antes. En esa oportunidad puso en conocimiento de la situación a Medio Ambiente municipal, quienes labraron un acta porque una avioneta estaba fumigando el campo y pasaba por arriba de la escuela rociando con productos químicos. Todavía está esperando una respuesta de las autoridades. Un operativo de similares características se produjo en setiembre de 2012, pero esa vez la fumigación se realizó a través de un mosquito. “Llamé a Medio Ambiente y me dijeron que no podían hacer nada, porque estábamos fuera del ejido. Hice lo mismo con la policía rural, quienes llegaron y se contactaron con el señor que estaba fumigando”, recordó la directora del establecimiento. Todo ocurría cuando los alumnos estaban en el recreo y la maestra cortaba el pasto junto a sus hijos y un grupo de padres en los preparativos del Día de la Primavera. Al día siguiente la docente concurrió al Juzgado de Gualeguaychú para radicar la denuncia penal, sin que la investigación haya tenido avances concretos. 

Como en otros casos de fumigación en escuelas rurales se repiten los mismos síntomas en las personas afectadas: erupciones en la piel, y problemas respiratorios. “Mis hijos tuvieron los mismos problemas y nunca se me ocurrió pensar que era por eso. Después con el tiempo supe lo dañino que era. Incluso nosotros veíamos alrededor de la escuela la plantación de soja, tan verde, tan linda”, analizó Lemes. 
Tiempo después se conoció extraoficialmente que el aplicador oriundo de Larroque recibió una multa de 50.000 pesos.