Fitosanitarios: Tras nuevo fallo judicial por aplicaciones, productores enojados denuncian discriminación y renuevan reclamos

En agosto pasado, el gobernador Gustavo Bordet firmó el Decreto Nº 2239/19, que establecía entre otras cuestiones, que la aplicación de fitosanitarios sea a una distancia no menor a los 100 metros de escuelas rurales por vía terrestre y a 500 por aire. También creaba unidades centinelas de control, prohibía el uso de pulverizadoras no registradas y exigía que las fumigaciones deban notificarse con 48 horas de anticipación a la autoridad de aplicación, entre otras obligaciones.

Cuando parecía destrabarse definitivamente el conflicto y ya con los agricultores trabajando en los campos, en los últimos días se conoció un nuevo fallo judicial, a través del cual se acepta la demanda presentada por el Foro Ecologista de Paraná y la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos contra dicho decreto, por lo que volverían a quedar prohibidas las fumigaciones terrestres a menos de 1.000 y 3.000 metros (por aire) de las instituciones educativas, que dejarían improductivas más de 340.000 hectáreas. Desde el gobierno entrerriano se interpuso un recurso de apelación ante el Superior Tribunal de Justicia y en unos pocos días, se conocería la sentencia final.

Esta semana, visitaron el “Centro Periodístico de Entre Ríos”, la presidenta y vicepresidente de la filial “Crespo” de la Federación Agraria Argentina (FAA), Mariela Gallinger y Fabio Schneider, respectivamente y los productores Hugo Heinze, Humberto Gross y Adolfo Weber, para hacer conocer su posición:

– ¿Qué impresiones tienen como dirigentes y productores sobre este nuevo fallo judicial?

– (Schneider) Que es irracional. Tenemos 1.024 escuelas rurales, con un promedio de 5 familias alrededor de cada una de las mismas, por lo que estamos hablando de unos 20.000 entrerrianos que hoy están condenados por un fallo arbitrario, a no poder seguir produciendo en su propia tierra. Los ambientalistas de “Basta es Basta”, como el Dr. Verzeñassi y dirigentes de AGMER, están preocupados por la salud de los chicos y docentes de esas escuelas, pero no les preocupa la salud del resto de los chicos, fuera de esas escuelas o que viven en las ciudades, cerca de los campos. Hay municipios que por ordenanza permiten que se pueda fumigar a 50 metros de la planta urbana y… ¿por qué en las escuelas rurales a 1.000? Nos sentimos discriminados, porque cuidan a los chicos de las escuelas, pero supuestamente dejan que envenenen a otros. El mismo juez dice que el fallo es por el derecho de los niños… Y el de los otros niños, ¿dónde está? Pareciera que el problema está focalizado en las escuelas rurales solamente. Viene la época del mosquito, del dengue y los municipios están obligados a fumigar para controlar las plagas con los mismos productos que usamos en el campo y allí sí se pueden aplicar sin prohibiciones. Pregunto: ¿quién se hará cargo de los productores que se quedan sin poder trabajar en la zona rural?, ¿los muchachos de AGMER? ¿del grupo “Basta es Basta”…? Hay trigos a los que les tendríamos que aplicar fungicida, pero no podemos. Y tampoco el juez permite aplicar lo orgánico. Es algo irracional… Cuando la gente “aterrice” de lo que está pasando, espero que no sea demasiado tarde…

– ¿Han podido hablar con el grupo de ambientalistas?

– (Schneider) Sí, con el Dr. Verzeñassi y fue muy triste la reunión, porque es fundamentalista y está cerrado en sus pensamientos. Él solo quiere que se haga lo que dicen ellos y nada más. Cuando le hicimos la propuesta que se prohíban las aplicaciones en toda la provincia, es decir, que no se pueda hacer en ningún campo, dijo que no, porque los otros se le iban a enojar. Entonces, a un productor al lado de una escuela lo quieren destruir y a los otros productores, no…

– (Gallinger) Cuando se dio cuenta del daño económico y social que se está teniendo con esta medida, dijo que se podría conseguir desde el Estado una asistencia. Nosotros no queremos que nos asistan, queremos trabajar y con el fruto del trabajo pagar los impuestos y cumplir con las demás obligaciones. Es una incoherencia total lo que plantean…

– (Heinze) Quedarán muchos campos sin poder usados y mientras tanto, ¿qué haremos los productores? Se pudo sembrar trigo, que se está por cosechar, porque fue antes de este fallo judicial y ahora, nuevamente parados y no se podrá hacer soja. A los ambientalistas les planteamos algunas cosas, pero no salen de sus fundamentos. Yo creo que si el gobierno provincial se pone las “pilas”, puede tomar otras medidas, como aprobar una ley y que se termine con este problema.

– (Gross) Estamos peleando contra la hipocresía. Los ambientalistas pintan un mundo de colores y en la realidad, no es así. Yo no tengo escuelas cerca, pero lucho por los productores que sí las tienen y porque a futuro, seguramente vendrán por el tema de los cursos de agua, que son más de 700 en la provincia. Ellos pretenden hacer con eso, las mismas restricciones. Hoy no se puede fumigar a una distancia menor a los 50 metros de las orillas de los arroyos, pero hay rumores que pretenden llevarlo a 500…

– (Weber) Los ambientalistas son hábiles, estudiaron muy bien lo que iban a hacer y saben cómo manejarse. Argumentan que van en defensa de la salud del pueblo, los derechos del niño y el ambiente, pero ninguna de las 3 cosas parece que les interesa. Algunos se creen “Mesías”, los salvadores del mundo. Se compran sus propias mentiras y se terminan convenciendo entre ellos. Son fundamentalistas y creo que los jueces están confundidos. Ellos han estudiado Derecho y aprendido la Constitución Nacional, que dice que somos todos iguales ante la ley y aquí nos discriminan. Pareciera que somos idiotas los campesinos, porque primero nos matamos nosotros y a nuestros hijos y matamos el suelo en el que trabajamos y no es así. Las aplicaciones se hacen como corresponde. Con esa misma línea de pensamiento, entonces que se apruebe una ley y que se aplique para todos. Si el niño se “envenena” en la escuela como dicen, lo estamos “envenenando” también en las casas de las ciudades. Lo que buscan es fundir a alguno, después a otro y mientras tanto, imponen ideas que el pueblo va “comprando”. Y mientras tanto, nos llevan a un atolladero del que no vamos a poder salir y nos van a terminar fundiendo a todos. Se creen Dios y no lo son. Y el día que fundan a los campesinos y sean los dueños del campo, no sé para que lo van a querer, porque no saben producir… nunca enterraron una semilla… Lo que siembran es odio y están dividiendo a la sociedad. Nos quieren hacer pelear entre todos…

– ¿Es posible una producción ecológica…?

– (Weber) Ellos dicen que producir orgánicamente o ecológicamente es sencillo, que sí se puede, que es fácil y rentable. Les propuse darles un campo de 70 has. para que lo exploten durante 5 años con la agroecología y que veamos los resultados. Salió en todos los medios del país esta propuesta, en la que les pedía que vengan a enseñarme a cómo se hace, pero no vino ninguno. En el fondo saben que su verso es una gran mentira…

– (Schneider) Es un ensañamiento contra los pequeños y medianos productores y vieron una forma de fomentar la famosa grieta de dividir el campo de la ciudad. Cuando se habla de cáncer, ¿a quién no le va a impactar? Siempre es un tema muy delicado…

– (Gallinger) Es un tema sensible y al nombrarlo genera ese miedo en todos, pero hemos llevado a un punto que sea una vergüenza nacional que un Estado no haya logrado encontrar los modos adecuados para solucionar este problema. En Francia se puede aplicar a 5 metros de las casas y Entre Ríos en tanto, se da el lujo de paralizar miles de hectáreas. Y allá usan los mismos productos que nosotros. En Córdoba por ejemplo, es una provincia que está muy bien organizada en este sentido, pero es gracias a la presencia del Estado y porque se implementaron las “buenas prácticas agrícolas”. Cuando el productor tiene que hacer una aplicación, no busca un tarro de cualquier lado, lo pone en la máquina y se va. Hay una serie de normas que cumplir, en primer lugar, esa máquina tiene que estar registrada, quien la conduce cuenta con carné tras los respectivos cursos y además, tiene que haber un ingeniero agrónomo, que analiza el lote y para tal o cual maleza, se debe aplicar tal receta con tal dosis, teniendo en cuenta la velocidad del viento y demás. Nosotros esta semana, en nombre de la filial Crespo de la FAA, presentamos un pedido al gobierno provincial para que se aplique de igual manera en Entre Ríos…

– (Weber) En la ciudad se ocupa la cipermetrina (insecticida) y voy a dar números: en el campo lo aplicamos al 0,10%, es decir diluimos un litro del mismo por cada 1000 litros de agua y lo aplicamos en 10 has. ¿Saben cuánto se usa, cuando fumigan los mosquitos en la ciudad? Al 5%, o sea, 50 veces más de dosis concentrada de la que nosotros tiramos en el campo y con un agravante, lo mezclan con gas oil y con una máquina lo convierten en polvo. Y cuando hacen eso en la ciudad, todos miran contentos porque van a morir los mosquitos y aspirando ese polvo. Ahora pasa una fumigadora a 2 km y están todos enfermos. Es la psicosis que se generó. Nunca dijimos que esto es “agua bendita”. No es bueno si se usa mal, pero tampoco hay que llegar al otro extremo y confundir a la sociedad. Una abogada que nos cruzamos en AGMER se espantó cuando le dije estas cosas, de las consecuencias que hay cuando se usa dentro de la casa el Raid o ponen una pastilla para los mosquitos, que tienen una gran concentración y se duerme con las ventanas cerradas, pero supuestamente con eso no nos enfermamos…

– (Schneider) La ministra de Salud (Sonia Velázquez) dijo que no hay ningún caso comprobado en la provincia de cáncer por las aplicaciones, entonces, ¿por qué el juez Virgilio Galanti falló y determinó 1.000 y 3000 metros? El ambientalismo siempre encuentra algo que les sirve para sus objetivos y ahora ven el derecho del niño vulnerado, pero solamente en las escuelas rurales y no en las ciudades… Nosotros vamos a seguir luchando por esto, porque nos parece muy injusto… Yo estoy poniendo la cara, he sido amenazado telefónicamente, me han aflojado las ruedas de la camioneta…

– (Gallinger) En la reunión que tuvimos en AGMER nos sorprendimos cuando uno de ellos nos dijo que dentro del mismo gremio tienen una interna por este tema y que están convencidos que no se puede producir en un mundo sin químicos. Se enredan en sus afirmaciones… A veces les pedimos por qué no se meten un poco con la lucha contra la droga, que hay tanta en las escuelas, que eso sí mata las neuronas de los jóvenes y rompe las familias. Precisamente podrían generar espacios anti-drogas, si tanto hablan de cuidar la salud… Nosotros valoramos y queremos que las maestras rurales tengan sus puestos de trabajo, es una actividad maravillosa, no vamos en contra de ellas. Y también hay que decir que hubo 43 notas de directores y maestras rurales, que las han escrito de puño y letra, afirmando que jamás han tenido un problema con el productor, ni con la producción. Todo eso también está en el expediente y esas docentes le hacían ese llamado de atención a AGMER. Hay maestras que no fueron consultadas…

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