Fibrosis Pulmonar Idiopática: Buscan alternativas para un mejor tratamiento

La Fibrosis Pulmonar Idiopática es una enfermedad rara que a nivel mundial, afecta a entre 15 y 30 personas cada 100.000 habitantes. En nuestro país, si bien no se cuenta con cifras oficiales, la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria estima que serían entre 15.000 y 20.000 pacientes. Su causa es desconocida, pero los factores asociados son el tabaquismo, la inhalación de determinadas partículas orgánicas o inorgánicas y antecedentes familiares.

Desde la AAMR se explicó que “esta enfermedad se produce cuando el tejido del pulmón se daña y cicatriza reiteradamente” y se remarca que “la cantidad de casos continúa aumentando, debido a una esperanza de vida más prolongada y a una detección más temprana y precisa, gracias a mejoras en las técnicas de diagnóstico”.

En 2016, médicos de esta asociación, en conjunto con profesionales del Instituto de Rehabilitación Psicofísica de Buenos Aires, lanzaron la primera Clínica ECHO del mundo dedicada a Fibrosis Pulmonar Idiopática. “Se trata de teleconferencias periódicas entre un grupo multidisciplinario de especialistas y médicos que tienen a cargo pacientes con dicha enfermedad. El proyecto ECHO (Extension Community Health Care Outcomes), fue originalmente creado en Estados Unidos para dar soporte a médicos generalistas y de áreas rurales para tratar pacientes con Hepatitis C, sin necesidad de que se trasladen a las grandes ciudades. Fue implementado en Nuevo México (Estados Unidos), donde el acceso a centros de salud con especialistas en hepatología era limitado, por cuestiones geográficas y económicas. Esta situación es similar a lo que ocurre en Argentina, donde una gran proporción de los pacientes con enfermedades crónicas que residen en áreas no urbanas, no logran acceder a la mejor atención médica” señalaron a El Observador de la AAMR.

En el informe, para el cual se contó con el asesoramiento del Dr. Juan Ignacio Enghelmayer (MN 108432), neumonólogo, coordinador de la Sección de Enfermedades Intersticiales de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria y médico de planta de la División Neumonología del Hospital de Clínicas “José de San Martín” de la Universidad de Buenos Aires, se expresa que “con la implementación de ese proyecto en nuestro país, se espera lograr una reducción de los costos de salud y una prescripción de tratamientos más racional. Además, debido al éxito de la Clínica ECHO de FPI, durante 2017 se continuó aumentando el número de centros participantes, contando en este momento con 25 en 17 provincias argentinas”.

Se destacó que los 2 síntomas principales de esta enfermedad son la sensación de falta de aire (o disnea) y la tos, esta última suele aparecer primero y provocar sensación de garganta irritada. “La falta de aire ocurre al principio, solamente ante grandes esfuerzos, pero si no se trata, puede aparecer ante esfuerzos mínimos, como bañarse, vestirse o hasta hablar por teléfono. Otros síntomas habituales son malestar en el pecho, pérdida del apetito y de peso sin motivo aparente” señaló Enghelmayer.

Para diagnosticarla, en primer lugar, el profesional tratante le realizará al paciente una serie de preguntas sobre inhalación de partículas, consumo de medicamentos, presencia de síntomas o signos de enfermedades sistémicas y datos que tienen que ver con su actividad laboral y lugar de residencia. Luego, se utilizarán evaluaciones y pruebas diagnósticas para determinar si efectivamente se trata de fibrosis pulmonar, comenzando con una radiografía de tórax y una tomografía computada de alta resolución. En última instancia y cuando el cuadro no es típico, se puede recurrir a una biopsia pulmonar.

La atención médica habitual puede incluir tratamientos farmacológicos, oxígeno suplementario, rehabilitación respiratoria (incluye entrenamiento con ejercicios físicos aeróbicos graduados a la capacidad del paciente, control de la ansiedad y el estrés, educación, y otros componentes), nutrición adecuada, vacunas preventivas o trasplante de pulmón. Este último continúa siendo el tratamiento más viable para prolongar la vida de quienes padecen FPI. Si bien se trata de una opción que se debe consensuar con el médico, para determinar si es una opción factible en cada caso particular.

“El curso clínico de la FPI es muy variable y puede ser difícil de predecir. Por eso, las estrategias para tratarla dependerán de cada situación. Y, aunque hasta el presente no se conoce una cura, es importante tener en cuenta que sí cuenta con diferentes opciones terapéuticas para controlar la enfermedad, de modo que el paciente pueda tener una buena calidad de vida y realizar las actividades de su vida cotidiana” acotaron desde la AAMR.

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