Ferrari (CRA): “El productor argentino es el que menos recibe por la leche y el consumidor es el que más caro la paga”

En la última reunión del Consejo Directivo de la “Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos” (FARER), realizada en Gualeguay, se analizó, entre otros temas, la complicada situación de la lechería argentina. El encuentro estuvo coordinado por su presidente, José Colombatto, quien dio lugar a un abanico de temas y se resolvió solicitar una reunión con el ministro de Economía de Entre Ríos, Hugo Ballay, a los fines de analizar en conjunto la marcha de emergencia agropecuaria en la provincia. También, en el marco de las elecciones de este año, se decidió confeccionar cuestionarios con temas puntuales referidos a la producción que serán acercados a los distintos precandidatos a gobernador, a los efectos de conocer las políticas a encarar en caso de ser legitimados en las urnas.

Uno de los tópicos que mayor atención provocó fue el informe de lechería que llegó de la mano de Norberto Ferrari, quien integra la “Mesa de Lechería en Confederaciones Rurales Argentinas” (CRA). El productor expresó que “actualmente se da una paradoja muy grande en la lechería. Tomando la región integrada por nuestro país, Brasil, Uruguay, Chile y Paraguay y teniendo como referencia el dólar, el productor argentino es el que menos recibe por la leche y el consumidor es el que más cara la paga. Es increíble, pero es así, las dos puntas de la cadena son las más perjudicadas. Esto pasa porque existe una enorme distorsión en la cadena. El litro de leche se paga a los productores entre 64 y 66 pesos y llega a la mesa a 200 y 250. Indudablemente hay eslabones que terminan encareciendo el producto y a ello debemos agregar el Estado, que también suma y mucho a través de los impuestos para inflar el precio final. Por lo tanto, resulta necesario ordenar la comercialización, generar mercado y sobre todo, que no haya una posición dominante de un eslabón sobre otro como ocurre con la industria y el productor en la actualidad. La primera fija el precio y está pagando a 30 días en el mejor de los casos. La variable de ajuste que tiene es el productor, porque es el único costo que puede decidir, ya que, con la mano de obra, la energía y los impuestos no puede hacer nada. Al tambero en tanto, no le queda más remedio que aceptar un precio que se fija, sin tener en cuenta su estructura de costos. Esto no puede seguir eternamente de esa manera. El precio de la leche viene muy atrasado. En los últimos meses se había logrado que se fuera incrementando a los productores al ritmo de la inflación. Pero eso ya no ocurrió el mes pasado. Es importante saber que el tambero viene trabajando a pérdida hace más de un año. Y si bien la sequía agravó el panorama por la falta de pasturas y granos caros, la situación viene mal desde hace mucho. No hay política lechera y eso repercute en la cantidad de tambos que desaparecen o se reconvierten a otras actividades. Hace muy poco se anunciaron medidas tanto del gobierno nacional como provincial para aliviar esta realidad, pero aún no ha llegado nada al productor. Pero más allá de eso, ese no es el camino. No queremos ayuda, queremos reglas claras y una cadena ordenada. Eso es lo que va a potenciar a la lechería que viene en franco retroceso en Entre Ríos y en Argentina”.

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